Relacionada con el mar
"Conozcamos el mar, porque lo que se conoce se quiere y lo que se quiere se cuida", es la frase con la cual, desde hace más de treinta años, Juan Luis Cifuentes Lemus, biólogo marino y divulgador de la ciencia, termina sus conferencias sobre biodiversidad marina y sustentabilidad, para enfatizar ante su público la necesidad de conocer los recursos marinos que tiene nuestro país porque, asegura, solo se podrán aprovechar racionalmente si se cuenta con un cúmulo de conocimiento científico.
“Necesitamos impulsar la investigación para saber en dónde, cuándo y cuánto debemos aprovechar de nuestros recursos para seguir disfrutándolo sin dañarlos”, sostiene.
México se encuentra en el quinto lugar en materia de biodiversidad -solo después de Brasil, Colombia, China e Indonesia, recordó el investigador y docente de la Universidad de Guadalajara desde 1992, quien además ha ocupado diferentes cargos públicos, entre ellos director del ahora Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) y del Programa de Investigación y Fomento Pesquero, México, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). "La verdadera riqueza de un país es su cultura y su diversidad biológica, por eso México es muy rico".
Nuestro país posee 11 mil 500 kilómetros de litoral, por lo que tiene un gran potencial pesquero. Según reporta la Conabio (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad) en el Pacífico mexicano se conocen poco más de mil 100 especies de peces, de las cuales, el 20% son aprovechadas comercialmente; mientras que en el Golfo de México y el Caribe mexicano se conocen alrededor de dos mil especies y se aprovecha el 11%.
Si bien esta cifra ha aumentado con los años, según ha documentado el propio Cifuentes pues entre los años 60 y 70 del siglo pasado tenían importancia económica únicamente 20 especies de peces, dos de crustáceos y dos de moluscos, la pesca en nuestro país aún no se ha desarrollado lo suficiente.
Esta es una de las razones por las cuales la pesca artesanal, parte de la base de la alimentación de las personas que viven en las costas, no debe abandonarse, asegura Cifuentes Lemus: “Cuando (los gobernantes) dicen que no habrá hambre en México me hace pensar en que tendremos que importar los productos, porque en la actualidad el campo está parado, la agricultura y la ganadería están paradas, así como la pesca a gran escala, entonces de dónde van a traer el alimento".
Producto de exportación
En el 2016 se cumplen treinta años de la publicación del primer volumen, de un total de 12, de la serie de libros "El océano y sus recursos" del Fondo de Cultura Económica (FCE), en la que Juan Luis Cifuentes participó como coautor. Haciendo una retrospectiva, el investigador considera que el panorama de las ciencias del mar ha cambiado desde ese entonces, lo cual ha hecho necesario actualizar parte de los contenidos de esta exitosa publicación.
“Esta serie la iniciamos a raíz de nuestra participación en Domingos en la Ciencia, un programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) que tiene por objetivo divulgar la ciencia a través de conferencias dirigidas principalmente a un público infantil y juvenil -del cual el mismo Cifuentes fue codirector del 2007 al 2011. El grueso de la información que presentábamos en nuestras pláticas invitaba a condensarla y a plasmarla en libros, de manera que siempre pudiera estar a la mano del público cuando quisiera consultarla”.
Ese mismo año, en 1986, el FCE publicó otros dos libros y en los años siguientes, gracias a la colaboración de numerosos especialistas, decenas más con temas diversos en disciplinas científicas como física, biología, matemáticas, química, geología, los cuales conformaron la colección "La ciencia desde México".
“La colección empezó a crecer y entonces se cambió el nombre a ´La ciencia para todos´ por el éxito que tuvo no solo dentro del país, sino también en el extranjero. En mi caso, de la docena de libros que escribí sobre el océano y sus recursos, Argentina compró 30 mil ejemplares de tal suerte que, a la fecha, muchas secundarias de ese país tienen esta publicación”.
Hoy -dice Cifuentes Lemus-, estamos actualizando varios de esos contenidos porque aspectos que presentamos han cambiado con el paso de los años, así como lo que ahora se pronostica para el futuro del mar. Uno de estos es la tecnología que se utiliza para estudiar el mar, por ejemplo, los investigadores ya pueden descender hasta 11 mil metros de profundidad en el océano Pacífico, donde están las fosas oceánicas más profundas, y eso nos ha aportado mucha y nueva información; hace treinta años esto apenas iniciaba.
El aprovechamiento del mar también ha dado un giro –añade-, no solo por el uso de nuevas tecnologías sino también por los nuevos intereses económicos. Por ejemplo, cada vez se extrae más petróleo del mar y se perfora a profundidades mayores, entonces es muy importante la investigación en estas áreas, sobre todo para países como el nuestro que dependen de la industria de hidrocarburos.
“En otros casos, países que antes eran predadores del mar como Japón, ahora prefieren comprar recursos a naciones que han impulsado su acuacultura; hay lugares aquí en México, como en Ensenada, Baja California, donde se cultiva atún que se vende a precios muy altos por la buena calidad de su carne, toda esto es necesario reescribirlo”.
A sus 85 años, Juan Luis Cifuentes sigue siendo un entusiasta divulgador de las ciencias del mar que viaja a diferentes partes del país para hablar de sus temas de especialidad. Recientemente ofreció, en el marco del programa Domingos en la Ciencia, una de sus pláticas más populares, “Biodiversidad marina y sustentabilidad”, a los maestros que toman el diplomado La Ciencia en tu Escuela en el Distrito Federal –un programa también de la AMC-, así como en la Comunidad para Mujeres, perteneciente a la Dirección General de Tratamiento para Adolescentes.