El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, promulgó hoy la Reforma Constitucional para crear el Sistema Nacional Anticorrupción, que “es un paso histórico en favor de una nueva cultura de la legalidad”.
En el evento, realizado en el Patio de Honor del Palacio Nacional, el Primer Mandatario refirió que la lucha contra la corrupción “debe ser un desafío que nos convoque y nos comprometa a todos los mexicanos”.
Subrayó que “para superar un problema estructural, requerimos igualmente una solución estructural. Necesitamos una respuesta institucional amplia y sistémica, permanente y decisiva, y justamente la Reforma Constitucional ofrece una respuesta de esta magnitud al crear el Sistema Nacional Anticorrupción”.
Mencionó que esta reforma transformadora, la número doce, “es una reforma contra la impunidad”. Como Presidente de la República, dijo, “estoy firmemente comprometido con el combate frontal a la corrupción, y con el fortalecimiento de la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas”.
Con esa misma convicción, añadió, “el primer compromiso que firmé como candidato presidencial, y la primera propuesta legislativa que impulsé como Presidente Electo, estuvieron dirigidos, precisamente, en contra de la corrupción”.
El Presidente Peña Nieto resaltó algunos de los puntos más significativos de esta Reforma:
PRIMERO: Se establece y articula todo un Sistema Nacional Anticorrupción. “Se trata de una moderna instancia de coordinación entre las autoridades locales y federales, con atribuciones amplias para prevenir, detectar y sancionar irregularidades administrativas y delitos por actos de corrupción”. El nuevo Sistema, añadió, “velará porque el desempeño de los servidores públicos se apegue a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia. El Sistema Nacional Anticorrupción tendrá un Comité Coordinador integrado por la Auditoría Superior de la Federación, el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, la Fiscalía para el Combate a la Corrupción y la Secretaría de la Función Pública. También formarán parte de este comité el Consejo de la Judicatura Federal, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, y un representante del Comité de Participación Ciudadana del propio Sistema Nacional Anticorrupción”.
“Con ello, haremos de la lucha contra la corrupción un gran esfuerzo nacional”, subrayó.
SEGUNDO: Se fortalecen y amplían las facultades de fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación. “Con el fin de investigar y sancionar con más eficacia los actos irregulares, esta autoridad podrá realizar auditorías en tiempo real, es decir, aún cuando el ejercicio fiscal esté en curso, y no sólo eso, además podrá efectuar revisiones a periodos fiscales anteriores. También, por primera vez, tendrá atribuciones para vigilar el destino final de las participaciones federales que reciben estados y municipios, así como los recursos federales que se entregan a fideicomisos públicos y privados. Igualmente, podrá supervisar en qué se gasta la deuda pública que contratan los gobiernos locales, cuando ésta sea garantizada por la Federación”.
“De este modo, la Auditoría Superior de la Federación se consolida como el máximo órgano de fiscalización al tener la capacidad de auditar la totalidad del gasto público federal y las participaciones federales que van a las entidades federativas y a los municipios. Además de otorgarle nuevas facultades a esta Auditoría, la reforma eleva a rango constitucional su mandato para promover responsabilidades ante las autoridades competentes, a efecto de que sean sancionados tanto servidores públicos, como particulares”, puntualizó.
TERCERO: Se crea un innovador y moderno esquema de justicia administrativa. “Surge un nuevo Tribunal de Justicia Administrativa, con atribuciones para imponer sanciones a los servidores públicos y a los particulares que cometan faltas administrativas graves. Este órgano jurisdiccional contará con plena autonomía para asegurar la certeza jurídica y para que prevalezca el interés general de los mexicanos por encima de presiones, influencias o consideraciones de cualquier otro tipo”, dijo.
Agregó que, además, “se amplía a nivel constitucional de tres a siete años la prescripción de faltas administrativas graves, dotando a la justicia de un alcance transexenal”.
CUARTO: Se fortalece la corresponsabilidad entre los Poderes Públicos para combatir la corrupción. “A partir de esta reforma, el Senado de la República ratificará el nombramiento del titular de la Secretaría de la Función Pública. Por su parte, los responsables del control interno de los organismos autónomos deberán ser designados por la Cámara de Diputados, garantizando que cuenten con la imparcialidad necesaria para cumplir sus funciones”, apuntó.
QUINTO: Se establece una hoja de ruta para la legislación secundaria del nuevo marco constitucional. “La reforma faculta al Congreso de la Unión para expedir en un plazo máximo de un año la Ley General que establezca las bases de coordinación del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción. También faculta a los Diputados Federales y Senadores para definir las competencias de cada autoridad en el combate a la corrupción, así como las responsabilidades administrativas de los servidores públicos de todos los órdenes de Gobierno”.
El Presidente Peña Nieto expresó su reconocimiento “a las y los Senadores, a las y los Diputados Federales y locales, así como a los representantes de las principales fuerzas políticas por su trabajo comprometido. Pero sobre todo, también quiero destacar que esta reforma constitucional es fruto de una inédita y constructiva participación de la sociedad civil organizada, de académicos y de expertos en favor de la honestidad y la integridad en el servicio público”.
Aseguró que “hoy México tiene, en las reformas constitucionales en Materia de Transparencia y de Combate a la Corrupción, dos pilares para lograr una gestión pública basada en la integridad y en la rendición de cuentas”.
Con estas reformas, continuó, “se logran dos importantes objetivos: por un lado, obligar a todos los Poderes y órdenes del Estado mexicano a hacer más transparente su diario actuar, y por otro lado, se crean mecanismos que establecen un mayor control sobre el ejercicio del gasto público. Eso es lo que hoy estamos logrando a través de estas dos importantes reformas que, estoy seguro, habrán de calar como deseamos en el ánimo y en el ambiente de nuestra sociedad para ir generando una nueva cultura en favor de la transparencia, de la honestidad y de la legalidad”.
El Primer Mandatario señaló que en el México de la actualidad “hay elecciones libres, tenemos instituciones electorales fuertes e independientes, y la alternancia en todos los órdenes de Gobierno ya es parte de nuestra normalidad democrática. Esta experiencia de cambio institucional, de cambio de mentalidad, pero sobre todo de cambio cultural, nos demuestra que sí es posible evolucionar, que sí es posible transformar a nuestro país cuando hay voluntad política y un esfuerzo ciudadano que se da de manera sostenida”.
“Estoy seguro de que así como los mexicanos hemos logrado consolidar nuestra democracia, así también habremos de vencer este desafío”, aseguró.
Mencionó que aún es mucho lo que falta por construir, “pero si mantenemos el impulso transformador y la corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanos, México logrará superar y vencer este gran flagelo de nuestro tiempo que es la corrupción”.