La senadora panista Maki Ortiz Domínguez, presidenta de la Comisión de Salud, propuso crear la Ley de Reproducción Humana Asistida para auxiliar a los problemas reproductivos del hombre y la mujer derivados de la esterilidad o la infertilidad, y también planteó proteger la vida, la salud y la dignidad humana en la fertilización asistida y en especial en la formación, implante y destino final del embrión.
En la sesión ordinaria, la legisladora indicó que el problema de la infertilidad y la esterilidad afecta a entre un 10 y 15 por ciento de la población mundial, condición que además está creciendo en todos los países, pero sobre todo en los más industrializados debido, principalmente, a factores profesionales, laborales y sociales.
“Desde hace varios años, las técnicas de reproducción humana asistida se han venido implementando tanto en instituciones privadas como públicas; sin embargo, en México éstas no cuentan con un marco legal adecuado que las regule.
“Por ello, la consulta médica por infertilidad es cada vez mayor y se ha convertido en un verdadero problema de salud pública, ya que paralelamente esta condición de salud genera, entre otras cosas, estrés físico, emocional y social en las parejas infértiles”, expuso.
Ortiz Domínguez señaló que más allá de las discusiones que en materia científica, filosófica, ética o religiosa se dan respecto de los límites que las técnicas de reproducción asistida pueden tener, se debe reconocer la necesidad de establecer y consagrar límites legales a la manipulación de embriones humanos.
Apuntó que algunos investigadores han planteado la necesidad de utilizar los embriones “sobrantes” o “crioconservados” derivados de las técnicas de fertilización asistida para experimentación humana, ya que esos embriones tempranos tienen la ventaja de contar con gran capacidad de diferenciarse en otros tipos celulares, llamada pluripotencia, es decir, que poseen la facultad de formar células de muchos tipos de tejidos.
“Pero estas células tienen varias desventajas: la primera es que aunque su uso aún está lejos de poder aplicar en ninguna patología, además de que desde el punto de vista bioético se ha objetado el uso de embriones, principalmente porque éstos son ya propiamente individuos de nuestra especie.
“Nosotros proponemos que se protejan estos embriones, pues en la actualidad ya existen alternativas para el uso de células con gran pluripotencia sin necesidad de destruir embriones humanos”, refirió.
Con la implementación de la crioconservación, puntualizó, actualmente se estima que en nuestro país existen alrededor de 150 mil embriones congelados, cifra que crece exponencialmente cada año y cuyo destino se desconoce.
Esta iniciativa, sostuvo, defiende al embrión y su dignidad inherente, a la vez que trata de impedir que la crioconservación de embriones se siga aumentando sin ningún control.
“Hoy en día, un número importante de parejas infértiles logra el embarazo mediante tratamientos de baja complejidad, ya sean médicos o quirúrgicos. Sin embargo, un porcentaje significativo requiere de las modernas y sofisticadas técnicas y tecnologías de reproducción asistida.
“México es pionero en el ámbito latinoamericano en la introducción de estas técnicas, desde hace más de 25 años, y cuenta tanto con hospitales e institutos especializados, así como con especialistas reconocidos”.
Sin embargo, Ortiz Domínguez remarcó que no se ha logrado crear un marco normativo en el que se apoye el desarrollo de esta tecnología, el incremento de la investigación en esta área y que otorgue certeza jurídica a las parejas que requieren de este recurso médico.
“Por esto mi propuesta también busca establecer las normas legales mínimas para el funcionamiento de los centros donde se realizan técnicas de fertilización humana asistida; además, establece no sólo los marcos mínimos en los cuales se recogen principios reconocidos por la bioética a nivel mundial, sino que también converge con las disposiciones de la Ley General de Salud, vigente en nuestro país.
“Asimismo, plantea la necesidad del consentimiento informado y la irrestricta protección del embrión humano, incluyendo obviamente la prohibición de experimentar con ellos y producir solamente aquellos que serán para reproducción”, dijo.