¿Apoyarán los priístas?
Los senadores panistas presentarán una iniciativa para adelantar la liberación de los precios de la gasolina y el diésel a más tardar a enero de 2016, con el propósito de que bajo condiciones de mercado disminuya el precio de los combustibles.
En el texto de la iniciativa los senadores refieren que “es preocupante la manera en que en nuestro país se está perjudicando a la población con una gasolina injustamente cara, que no responde a los precios de los mercados internacionales, donde el costo de los combustibles va a la baja”.
Aunado a lo anterior, se destaca que la situación se agrava porque en México las gasolineras no expenden litros completos, “lo que se traduce en un robo para los consumidores”.
El senador Francisco Búrquez Valenzuela remarcó que “en nuestro país las gasolinas y el diésel son producidos bajo esquemas no competitivos, pues quien los provee es el Gobierno, en consecuencia, la determinación del precio no responde a criterios de mercado”.
Con la aprobación de las leyes secundarias en materia energética, sostuvo, se dispuso en el artículo 14 transitorio de la Ley de Hidrocarburos que a partir del primero de enero del 2018 los precios de la gasolina y el diésel se determinarán bajo condiciones de mercado.
Búrquez agregó que México importa la mitad de la gasolina de Estados Unidos, la cual revende a los consumidores nacionales al doble de precio con las consecuentes afectaciones a los bolsillos de las familias y de los emprendedores, impacto negativo que se refleja en el escaso desarrollo del mercado interno.
En contraste, dijo, como ejemplo de la disparidad de precios, en la iniciativa se expone que para llenar un tanque de gasolina de 40 litros se desembolsan en México 542.8 pesos, mientras que en la nación vecina el gasto es de 400 pesos.
“Lo que significa que en términos porcentuales es más barato 24.5 por ciento en el país vecino, eso si contamos litros completos, pero como no es así, entonces en Estados Unidos es 33 por ciento más barata que en nuestro país.
“Adicionalmente se debe considerar que el poder adquisitivo de los salarios en ambos países no es comparable, lo anterior se traduce en restarle competitividad a México contra la economía de Estados Unidos.
En este contexto, resaltó que se pone en franca desventaja al consumidor, por lo que el gobierno federal debe sacar las manos de la política de precios y del manejo de los combustibles, “por eso resulta una necesidad liberar los precios de la gasolina y diésel para que sea justo el pago por parte de los mexicanos y con ello deje de extraerle recursos a los bolsillos de las familias mexicanas”.
Búrquez Valenzuela indicó que los incrementos son una mala noticia para el consumidor, “pero no así para el gobierno federal: para ellos ha sido un respiro a las finanzas públicas que con este excedente pueden compensar parte de la pérdida de ingresos que dependen de las exportaciones de petróleo debido a los bajos precios internacionales”.
Sostuvo que es un error que la política económica del gobierno federal no disminuya los precios de la gasolina como ha sucedido en el mercado internacional o como ya sucede en la frontera.
Asimismo, recordó que el partido en el gobierno durante la pasada administración exigió detener el deslizamiento de los precios de las gasolinas y el diésel por resultar lesivo a la economía familiar, además de que en la campaña electoral de 2012 prometió bajar el precio de los combustibles, lo cual no ha cumplido.