Reseñan el México enfermo
La diputada federal priísta Rosalina Mazari Espín promueve crear un Observatorio de Salud Mental para contar con información exacta sobre morbilidad psiquiátrica en México y estar en posibilidad de vigilar los derechos humanos de personas con este tipo de trastornos en instituciones públicas y privadas de la Red Nacional de Salud.
Mediante una enmienda a la Ley General de Salud se dispondría la creación de este órgano para obtener, clasificar y analizar datos sobre afecciones mentales, ya que los indicadores de los distintos sistemas de salud en la República, señala la diputada, difieren uno del otro, lo que impide tener información precisa.
El Observatorio se conformaría con expertos e investigadores en la materia y organizaciones no gubernamentales, quienes generarían e integrarían estadísticas que permitan prevenir y detectar oportunamente enfermedades mentales, agrega Mazari Espín, en su calidad de secretaria de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
Los trastornos psiquiátricos más frecuentes en México son la ansiedad (14.3 por ciento de las personas la han padecido alguna vez en la vida), seguidos del uso de sustancias (9.2 por ciento) y los afectivos (9.1 por ciento), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP), del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”.
El 50 por ciento de los trastornos mentales inician antes de los 21 años de edad, de acuerdo con la misma consulta. El 30.4 por ciento de los hombres sufren trastornos mentales alguna vez en su vida, cifra mayor en comparación con las mujeres, 27.1 por ciento
Los tres principales trastornos en las mujeres son fobias específicas y sociales, y episodio depresivo mayor; para los hombres son la dependencia al alcohol, los trastornos de conducta y el abuso del alcohol sin dependencia.
Asimismo, la región centro-oeste del país presenta índices más elevados de trastornos durante la vida de las personas, con el 36.7 por ciento.
Pese a contar con estos datos, la diputada Mazari Espín advierte que hace falta un rector y coordinador de acciones a favor de la promoción y atención de la salud mental; además, las definiciones de los indicadores en el rubro no son uniformes en las diferentes entidades de la Republica, “lo que impide tener información homogénea sobre la morbilidad mental”.
Ante este panorama, considera trascendental promover la cultura de la prevención y detección oportuna de enfermedades mentales, impulsando programas dirigidos en especial a los mexicanos con mayor vulnerabilidad.
Para contribuir a la implementación estratégica y gradual de los servicios de salud mental, estima necesaria la participación de la sociedad civil, de modo que se incremente la capacidad y calidad de respuesta de las instituciones ante los retos de la salud en esta materia.
En ese sentido, “es menester disponer del Observatorio de Salud Mental en los establecimientos de la Red del Sistema Nacional de Salud, haciendo partícipes al sector social especializado en la materia tanto en la integración como en la generación de la información que permita la prevención y detección oportuna de estas enfermedades”, concluye.