La Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), para precisar que en las políticas y programas que diseñe la Administración Pública Federal se incluya a los hombres indígenas y en condiciones de igualdad, además de las oportunidades ya establecidas para las mujeres.

Con unanimidad de 427 votos a favor, se modificó la fracción V del artículo 3 de la Ley, a fin de contribuir a la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres de los pueblos indígenas, eliminar la desigualdad que existe y darle el lugar que merecen a ambos géneros.

En el dictamen, enviado al Senado de la República para sus efectos constitucionales, se argumenta que la igualdad es un principio básico de los derechos humanos que no se puede soslayar, y el género no sólo se refiere a los hombres y a las mujeres, sino también a las relaciones sociales que se establecen entre ellos. “De ahí que la perspectiva de género deba tener presente tanto a la mujer como al hombre”.

“Tenemos que ser justos, dar oportunidades y beneficios a hombres y mujeres, debiéndose resaltar la necesidad de exigir dicha igualdad en la población indígena, ya que éstos sufren por el simple hecho de ser de un grupo étnico”, se precisa.

El documento menciona que históricamente la mujer indígena ha sido quien ha contado con los apoyos de gobierno y de diversos programas de ayuda dejando a un lado al hombre que igual sufre de discriminación y falta de apoyos para poder progresar.

“La brecha de desigualdad entre géneros no puede atenderse con la ayuda de una sola de las partes, pues el trabajo debe ser integral e igualitario a fin de generar conciencias que caminen hacia el punto medio, y en donde tanto mujeres como hombres recuperen su dignidad y se desenvuelvan en términos de igualdad y respeto. No se puede descuidar a un género para atender sólo a otro”, afirma.

Al fundamentar el dictamen, la presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, diputada Eufrosina Cruz Mendoza (PAN) expresó que cuando el lenguaje no es equitativo y no reconoce a todos los componentes de una sociedad, aparece la discriminación, la intolerancia, la agresión y la violación.

Mencionó que este dictamen retrata la importancia del lenguaje incluyente y del poder de la palabra para promover la transformación cultural de la sociedad, especialmente de los pueblos y comunidades indígenas de México.