Para la vida académica de un país, las sociedades gremiales son fundamentales, y sin duda, parte de la función que deben tener los fondos públicos es apoyar sus actividades, aseguró la doctora Julia Tagüeña Parga, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
En el marco del LVI Congreso de la Sociedad Mexicana de Física realizado la semana pasada en San Luis Potosí, Tagüeña dijo que el Conacyt destinó este año 250 millones de pesos para apoyar a las sociedades científicas, además de actividades como la realización y asistencia a congresos –que en su mayoría llevan a cabo las propias agrupaciones de científicos.
“Se ha hablado de la posibilidad de que esto sea algo muy establecido, que exista un programa federal al cual las sociedades puedan recurrir, obviamente probando una serie de aspectos. No es que se pueda generar una sociedad y aparecer de la nada”, aclaró la doctora en física, quien es además integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
“Tiene que haber un reconocimiento académico, debe haber una serie de reglas para que las organizaciones científicas reciban esos apoyos, pero sin duda, esta actividad gremial es fundamental para el desarrollo académico, lo ha sido y lo será todavía más en el futuro”, expresó.
Conacyt tiene entre sus líneas de apoyo, además de la anteriormente citada, la de los congresos, dijo Tagüeña, quien explicó que siempre tiene que haber en los grupos que organizan estas reuniones diferentes fondos para el financiamiento, y lo que le interesa al Conacyt es apoyar ciertos rubros, por ejemplo, las becas para que los estudiantes asistan a estos foros, y otros aspectos que a veces no son fáciles de conseguir de otras fuentes, pero que representan una aportación a la comunidad juvenil y a los científicos en los congresos.
Destacó que el Conacyt busca a través de esta relación con las organizaciones científicas trabajar conjuntamente con ellas en proyectos específicos; de hecho, indicó que para que una sociedad reciba recursos tiene que presentar un proyecto de actividades al Conacyt y luego un informe muy detallado sobre cómo cumplieron con las metas que se plantearon.
“No se trata simplemente de un monto de dinero pues éste tiene que ser justificado en acciones concretas, y esas acciones luego son evaluadas. La experiencia que se tiene es que todas estas sociedades tan serias como la Sociedad Mexicana de Física, las Academias Mexicana de Ciencias y Nacional de Medicina y muchas más, cumplen cabalmente con lo que proponen y luego hacen un informe detallado de lo que llevan a cabo con los fondos que se les asignan”.
Julia Tagüeña reconoció que los programas que realizan las sociedades son muy sustantivos para la vida académica del país, y de hecho hay algunos muy tradicionales, como el Verano de la Investigación Científica de la AMC.
“Pero de pronto aparecen actividades que ocurren en un momento determinado; por ejemplo, los años internacionales en los que las sociedades científicas hacen algo específico, como en el Año de la Sustentabilidad o el Año Internacional de la Estadística que se celebró en 2013.”Así, las organizaciones científicas tienen sus planes que son tradicionales y luego tienen este tipo de actividades que responden más a una situación particular”, agregó.
Para el desarrollo de estos programas en concreto los apoyos provienen de la Dirección Adjunta de Desarrollo Científico, aunque Tagüeña aclaró que hay recursos que proceden de otras direcciones cuando el proyecto es aún más específico, como por ejemplo si está muy relacionado con la tecnología, es entonces la Dirección Adjunta de Desarrollo Tecnológico la indicada para tratarlo.
“Ahora lo que estamos pensando hacer es organizar muy bien esos apoyos y que haya un camino único para ellos, no necesariamente la dirección a mi cargo, podría ser otra, pero que quede claro: hay un camino para que la comunidad sepa exactamente cómo acercarse a nosotros para presentarnos sus proyectos”, concluyó.