A dos meses del inicio formal del proceso comicial de 2015, la Reforma Electoral “todavía no está concluida”. En el plano legislativo lo está, pero aún hay un gran número de lineamientos y reglamentos que tienen que expedirse, afirmó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.
Agregó que nunca había ocurrido que una Reforma Electoral se aprobara en un tiempo tan cercano a un proceso de elecciones, lo cual ha llevado a una imposibilidad material para poder modificar todos los reglamentos que se heredaron del Instituto Federal Electoral (IFE), y crear los nuevos reglamentos y lineamientos que impone la transformación de este año.
Informó que este cambio legal otorgó al instituto que preside 74 nuevas facultades, entre ellas las de nombrar a los consejos estatales, lo cual, dijo, “no es poca cosa”, e instrumentar la fiscalización de los recursos de los partidos políticos nacionales y su participación en las elecciones locales, así como a los candidatos independientes.
Además, indicó que en el pasado el IFE se encargaba de revisar cerca de seis mil informes de gastos de campaña y ahora, con las nuevas modificaciones, el INE tendrá que fiscalizar todas las elecciones, por lo que deberá examinar alrededor de 70 mil informes de gastos en un tiempo máximo de 45 días. “Si éstos arrojan que se rebasó el tope de gastos, se podrá apelar una elección”.
Lorenzo Córdova ofreció una conferencia magistral en el marco de la inauguración Delegación Diálogo Distrito Federal, organizado por el diputado Fernando Cuéllar Reyes, en donde reiteró que esta reforma se distingue de las demás, ya que implica un cambio radical de paradigma y en el sistema electoral, toda vez que se homologaron los 33 sistemas electorales que existían, para integrarlo en un único sistema de carácter nacional con una visión local y federal.
Subrayó que si la reforma electoral no está concluida antes del proceso electoral se tendrá un grave problema en la claridad de las reglas acerca de cómo se desarrollarán los procesos electorales.
Córdova Vianello anunció que una vez concluidas las elecciones del 2015, el instituto a su cargo elaborará un diagnóstico sobre los resultados que tuvo la aplicación de la Reforma Político-Electoral. Este documento, añadió, se enviará al Poder Legislativo para que realice los cambios a las leyes electorales que considere pertinentes, buscando perfeccionar el marco jurídico con miras al 2018.
Dijo que algunos de los problemas que afectan la vida democrática no pueden ser resueltos desde este mismo ámbito electoral, sino desde otras esferas de la política, como lo son la desigualdad, la precaria cultura política y la pobreza.
Por otro lado, afirmó que una democracia que no apuesta por resolver los grandes problemas, como la desigualdad, pobreza, rendición de cuentas, impunidad y la precaria cultura política “es, por decir lo menos, no sólo una democracia precaria, sino suicida”.
Precisó que no basta tener reglas que incluyan a los ciudadanos en la toma de decisiones, pues una de las condiciones para el fortalecimiento democrático es poner a los ciudadanos como destinatarios de las tareas políticas.
Destacó que la efectividad de los derechos políticos, sociales y culturales dependen del buen funcionamiento de la democracia. Asimismo, acotó que si bien se necesitan reglas para dar participación activa de la ciudadanía, “ésta podrá operar sólo si se satisfacen los intereses y las necesidades vitales de los individuos”.
Córdova Vianello recordó que en el ”Informe País sobre la calidad de la Ciudadanía en México”, realizado por la institución que preside, se constata que siete de cada mexicanos no confía en la persona que 10 tiene a su lado, mientras que sólo uno de cada 10 tiene alguien en quien respaldarse para resolver un problema cotidiano.
Lo anterior, subrayó, “son datos alarmantes pues reflejan que el tejido social está roto o es prácticamente inexistente” y, en consecuencia, no se puede pretender que exista confianza en las instituciones. “Si no tenemos confianza en quien está junto a nosotros, ¿cómo vamos a tenerla en la clase política”, cuestionó.
Por otra parte, continuó, con dicho estudio se constata que una de las características para un buen funcionamiento del sistema democrático, la asociación, es absolutamente precario en México.
Abundó que una asociación, cualquiera que sea su rubro, es un mecanismo que impacta en el proceso de toma de decisiones políticas. “Las vías de participación democrática no pueden agotarse en los partidos. Las organizaciones civiles permiten diversificar la acción de los ciudadanos y concretar su inclusión en las decisiones políticas”, precisó.
Sostuvo que multiplicar los espacios de acción política es una manera de fortalecer un régimen democrático, por lo que no sólo se debe conformar con acudir a las urnas cada cierto periodo, sino impulsar la inclusión en las posiciones para fomentar la crítica y el diálogo.