Miembros de la iniciativa Valor al campesino —conformada por ANEC, Ashoka, El Poder del Consumidor, Fundar, Subsidios al Campo y Semillas de Vida— dieron a conocer la inclusión del programa S266 “Programa de apoyo a pequeños productores”, dentro de la Estructura Programática para el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó este año a la Cámara de Diputados.
Este logro de la sociedad civil representa una oportunidad única para impulsar el potencial del sector rural, ya que su objetivo es eliminar los obstáculos que limitan su capacidad productiva a través de un programa integral de apoyo gubernamental.
La importancia de que el Programa de apoyo a pequeños productores se consolide en el Congreso radica en que presenta nuevas normas para acceder a los recursos de Proagro Productivo, Procafé, Progan y Prospera. Y entre sus ventajas se encuentran un enfoque territorial, inclusión financiera, organización social productiva, desarrollo de capacidades, compactación de la oferta institucional, una única Regla de Operación (ROP), así como una sola ventanilla de atención. De aprobarse, beneficiaría a 10.5 millones de personas (considerando Unidades de producción y personas ocupadas en actividades agropecuarias); lo que representa un 40% del total de la población que vive en localidades hasta 2,500 habitantes.
De igual forma, los problemas que este programa tratará de resolver están la escasa productividad de las Unidades Económicas Rurales; ausencia de economías de escala; insuficiente acceso a servicios como el financiamiento, seguro y manejo de riesgos; bajo desarrollo de las cadenas de valor; limitado acceso a innovaciones tecnológicas; escasos servicios de desarrollo de capacidades; así como el deterioro de los recursos naturales. Por lo anterior, las organizaciones que conforman Valor al campesino vigilaremos las discusiones en el Congreso para a dicho programa se le doten de recursos financieros suficientes.
Por otra parte, los miembros de esta iniciativa externamos nuestra preocupación frente al subejercicio que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ha realizado por 6,714.6 millones de pesos, según el Segundo Informe Trimestral de la SHCP. Ante estos gastos menores a lo presupuestado, la única explicación emitida por la Secretaría de Hacienda fue “que se erogaron menores recursos para los programas: Fomento Ganadero, Comercialización y Desarrollo de Mercados; Fomento a la Agricultura; e Integral de Desarrollo Rural”.
Los subejercicios en Sagarpa no obedecen a una falta de recursos pues, según el mismo informe, se están ingresando 84,498.1 millones de pesos más de lo que estaba programado. Se trata de una reasignación y redefinición de prioridades que no corresponde con lo aprobado por la Cámara de Diputados para el presupuesto de este año.
Los recursos públicos que se ejercen para el sector rural han estado históricamente asociados al combate a la pobreza y no a la productividad; además, después de más de tres décadas de políticas presupuestarias regresivas (ya que muchos de los programas de subsidios benefician más a quienes más tienen) no se ha logrado transformar las condiciones de vida de las y los campesinos.
Es importante entonces que tanto la Sagarpa como la SHCP se aseguraren de ejercer los recursos suficientes para el campo en 2015, así como de asignar los recursos necesarios para que en 2016 las y los campesinos puedan explotar su potencial productivo.
Cabe recordar que la pequeña unidad campesina predomina en el campo mexicano: de los 4 millones 69 mil 938 Unidades de Producción (UP) con actividad agropecuaria o forestal, 70% son menores o iguales a cinco hectáreas. A pesar de sus precarias condiciones para producir y de la falta de apoyos económicos gubernamentales, genera 40% de la producción agropecuaria nacional; por lo que tiene un elevado potencial productivo. Siete de cada diez de estas pequeñas UP son productoras de maíz (blanco y amarillo) y seis de cada diez de frijol. Además, la pequeña unidad genera el 60% del empleo agropecuario familiar y contratado; produce alimentos sanos y nutritivos, mantiene la diversidad biológica —de manera fundamental la del maíz, base de nuestra alimentación—, resguarda los recursos naturales y es importante abastecedora de la agroindustria. Todo lo anterior lo hace en sólo 17% de la superficie laborable de nuestro país, en su mayoría con condiciones de temporal y con escasos apoyos públicos de fomento productivo.
Finalmente, los miembros de la iniciativa Valor al campesino queremos llamar la atención sobre la grave situación que vive el pequeño productor en la actualidad: en las zonas rurales del país viven 17 millones de personas en situación de pobreza, 32% del total de la población rural tiene carencias alimentarias, un 80% no cuenta con seguridad social y 58% no cuenta con acceso a servicios básicos de vivienda, según datos del Coneval (2010-2014).