Desde 2003, en la Facultad de Medicina de la UNAM se han recolectado 51 mil kilogramos de material para reciclar, con el propósito de contribuir en la atención de la problemática ambiental provocada por la generación de residuos sólidos.
En casas, escuelas y lugares de trabajo, tiramos gran cantidad de materiales en bolsas, botes y contenedores para basura, con la finalidad de que alguien más se haga cargo de nuestros desechos.
Sólo en la Ciudad de México se generan 12 mil toneladas diarias de residuos; más de la mitad son inorgánicos: envases de cartón y vidrio, papel, plásticos y pañales, entre otros. En promedio, cada uno de sus 8.7 millones de habitantes produce 900 gramos de basura.
En 2003, la UNAM estableció el Programa Permanente de Residuos Sólidos Reciclables, para contribuir en la solución de la problemática de la generación de residuos sólidos, a cargo de la Dirección General de Obras y Conservación (DGOC), en conjunto con la Comisión de Control Ecológico del campus de esta casa de estudios.
En 2012, el Centro de Acopio de la Facultad de Medicina (FM) entregó tres mil 516 kilogramos de papel y cartón a la DGOC. En total, entre 2003 y las primeras semanas de 2013, se recolectaron 51 mil 485 kilogramos, informó Margarita Cabrera Bravo, de la Comisión de Bioseguridad y Local de Seguridad, de la FM.
A petición de los alumnos, se lanzó una campaña para fomentar el reciclado de papel en la página web, en las redes sociales Facebook y Twitter, correo electrónico y la gaceta de la facultad, destacó.
De lunes a viernes, de las 9 a las 19 horas, el personal del Centro de Acopio, ubicado en el Departamento de Archivo y Correspondencia de la facultad, recibe oficios, circulares, memoranda, archivo muerto, periódico, formas, libros, revistas, cajas de cartón y folletería, que deben ser entregados libres de humedad y residuos orgánicos.
Ahí, explicó, se revisa y limpia el material reciclable, para eliminar plásticos, grapas, arillos de engargolado. Posteriormente, se clasifica y empaca en cajas de cartón para garantizar un manejo adecuado.
Cabrera Bravo señaló que al juntar 200 kilogramos, se solicita a Obras y Servicios la recolecta de los que están listos para reciclar. Al final de cada año, la instancia suma el total y dona paquetes de hojas de papel bond reciclado a la facultad.
Manejo de residuos peligrosos
Respecto a los residuos químicos y biológico-infecciosos, subrayó, la FM participa en el programa para el manejo adecuado de estos desechos, coordinado por la Unidad de Gestión Ambiental de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
Los trabajos para recolectar están a cargo de la Comisión Local de Bioseguridad —integrada por especialistas de tres áreas: química para tóxicos (CRETIB), biológica para biológico-infecciosos (RPBI) y de radiactividad—, que ha capacitado a los responsables en este rubro en cada departamento de la facultad.
Además, se realizan visitas en los laboratorios para determinar que las medidas de seguridad y buenas prácticas dentro de éstos sean adecuadas; por ejemplo, no comer dentro de sus instalaciones, que sean espacios libres de obstáculos, cuenten con un almacenamiento y etiquetado correcto de los reactivos químicos, uso de ropa y equipo para protección, entre otras.
Actualmente, se trabaja en la instalación de un área para dar tratamiento a los residuos químicos y biológico-infecciosos y, en su caso, adecuarlos para el traslado a su destino final, así como determinar cuales pueden ser útiles para su reciclado.
Debido al trabajo de sensibilización, la comunidad de la facultad está consciente de que cada individuo es responsable de los residuos que genera. El programa de reciclaje de papel y cartón, coordinado por la Secretaría Administrativa de la FM, puede utilizarse como modelo para la colecta y reutilización de vidrio, pilas y plásticos, entre otros residuos de aulas y laboratorios, concluyó.