Con la finalidad de obtener en el corto y mediano plazo una solución sustentable al problema de la anemia en el ámbito materno-infantil, la senadora panista Maki Esther Ortiz Domínguez, presentó un punto de acuerdo para exhortar a las secretarías de Salud y de Desarrollo Social y al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, a reforzar las acciones para la detección y erradicación de dicha complicación en la salud, particularmente en mujeres embarazadas y niñas y niños menores de dos años.
La presidenta de la Comisión de Salud indicó que la anemia se define como una disminución en la concentración de la hemoglobina, cuyo origen es nutricional, es decir, es el resultado de la deficiencia de vitaminas y minerales como el hierro, siendo este último, la principal causa.
“La Organización Mundial de la Salud ha establecido los rangos de referencia normales dependiendo de la edad y sexo de las personas. De acuerdo a estos criterios la anemia está presente cuando la hemoglobina se encuentra por debajo de 13 g/L en los hombres o 12 g/L en las mujeres. No obstante, agregó, los parámetros señalados dejan de ser una regla para los infantes y para las mujeres embarazadas donde los puntos para clasificar la anemia, en estos casos en particular, son por debajo de los 11 g/L”, dijo.
Tener este padecimiento, provoca deficiencias en el desarrollo cognitivo de los niños, en especial en sus habilidades psicomotrices, cognitivas y de socialización. En los adultos, la anemia está asociada a la disminución de la capacidad para realizar labores manuales y físicas, reduciendo así la productividad.
“Además desempeña un papel importante para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas; por lo que comer la cantidad necesaria de alimentos adecuados que requiere nuestro cuerpo es clave para la salud”, explicó.
Los infantes más afectados están entre 6 a 24 meses de edad según un estudio denominado “Cómo proteger y promover la nutrición de madres y niños en América Latina y el Caribe”, publicado por el Banco Mundial en 2012. En él se señala que en América Latina y el Caribe unos 22.5 millones de infantes tienen anemia, y la máxima prevalencia de la malnutrición crónica se concentra en los niños de la misma edad.
En el documento el Banco Mundial alerta sobre la importancia de promover la alimentación de las madres y de los niños menores de dos años para reducir las "persistentemente elevadas altas tasas de malnutrición" en América Latina y el Caribe. El organismo internacional calcula que en América Latina y el Caribe, alrededor de 7.2 millones de niños menores de cinco años tienen un retraso en su crecimiento y 22.5 millones tienen anemia.
Por ello, la senadora por Tamaulipas Maki Ortiz hizo un llamado a la Secretaría de Salud, para que realice campañas que informen a la población en general, sobre la importancia del hierro, en la salud de las mujeres en edad reproductiva y de las niñas y niños menores de dos años.
También exhortó a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados a considerar y determinar recursos suficientes para realizar jornadas de detección y corrección de anemia dentro de la Cruzada Nacional contra el Hambre y de la Semana Nacional de Salud.
“El hambre que afecta al menos a 47 millones de personas en América Latina y el Caribe, genera impactos negativos irreversibles, costos humanos, sociales y económicos elevados que contribuyen a perpetuar la pobreza”, por lo que es fundamental fortalecer las políticas dirigidas a resolver la problemática en el país, así como establecer un vínculo claro de la estrategia con la política económica, indicó.
La propuesta de Ortiz Domínguez se turnó a la Comisión de Salud para su análisis y dictamen correspondiente.