La diputada federal Graciela Saldaña Fraire llamó a frenar la invasión de las zonas selváticas del país y reflexionar sobre la matanza ilegal de especies; urgió a sumar esfuerzos y sensibilizar a la población para preservar a los seres vivos.
Al dar inicio al foro “Estrategias para la Conservación del Jaguar”, la legisladora consideró necesario el trabajo conjunto de los distintos órdenes de gobierno para velar por la supervivencia de esos ejemplares.
Advirtió que la extinción del jaguar y el deterioro del medio ambiente son una amenaza real; sin embargo, hay optimismo ante la posibilidad de trabajar con una perspectiva horizontal que coadyuve a la supervivencia de las especies.
Asimismo, exhortó a los legisladores electos que conformarán la próxima LXIII Legislatura, a continuar con el trabajo para el cuidado de los ecosistemas.
Por su parte, el director de Inspección de Vida Silvestre de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), indicó que el jaguar atraviesa una problemática derivada de la cacería y el tráfico ilegal de especies.
Puntualizó que la Profepa realiza operativos y acciones de vigilancia en zonas naturales protegidas para evitar la extracción, acopio, transporte y venta de especies.
Agregó que en la actualidad las redes sociales se han convertido en medios de denuncia y, en conjunto con la división de policía cibernética de la Policía Federal, se da seguimiento a esos casos para ubicar a los infractores.
En su participación, el director general de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales, de la Procuraduría General de la República, Alejandro Carbajal González, consideró que en el país hay normatividad suficiente para combatir la afectación a distintas especies. Lo necesario, aseguró, es trabajar en prevención.
“Es indispensable promover que las comunidades donde habita el jaguar se conviertan en zonas turísticas e informar a la población que la especie no ataca a los humanos; además, es importante que quienes conozcan actos que afectan al medio ambiente los denuncien”, comentó.
Por su parte, la profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Livia León Paniagua, reconoció los esfuerzos que el Estado ha realizado para la preservación de distintos seres vivos; no obstante, subrayó que el jaguar es una especie que está en vías de extinción que requiere la atención de los gobiernos, la iniciativa privada y la sociedad.
A su vez, la investigadora del Centro Nacional de los Derechos Humanos, María Elena Lugo Garfias, precisó que “el acceso a un medio ambiente sano es un derecho enmarcado en la Carta Magna, y por tanto, el Estado tiene la responsabilidad de conservarlo a través de políticas públicas efectivas”.
Instó a fomentar la protección del jaguar a través de los principios de la preservación y mejoramiento de la especie para que las futuras generaciones disfruten de una gran diversidad de animales.
En su turno, el investigador de Yum Balam, Francisco Remolina Suárez, refirió que la principal problemática para el jaguar es la pérdida y fragmentación de hábitat, la ganadería extensiva y la cacería dirigida o deportiva.
Precisó que las afectaciones al medio ambiente cuestan anualmente al país el 7 por ciento del PIB, por lo cual es necesario el trabajo conjunto de las dependencias involucradas en el tema.
Asimismo, el investigador del grupo Anima Efferus A.C, Carlos Manterola, subrayó que “hay puntos estratégicos en el hábitat del jaguar y si estos se afectan, la población de la especie se reduciría drásticamente”.
Indicó que “hay malas decisiones de quienes hacen políticas públicas, y un ejemplo de ello, es el 0.2 por ciento que se asignó del pasado Presupuesto de Egresos para la preservación de la vida silvestre”.
A su vez, el director general de Naturalia A.C, Óscar Moctezuma Orozco, precisó que la caza del jaguar está prohibida en nuestro país desde 1986; sin embargo, dijo, “sólo está en papel” y se continua afectando su hábitat y persiste la caza para la venta de pieles, para exhibir como trofeos o por protección al ganado.
Consideró que se deben proteger y monitorear las poblaciones de jaguar, así como crear reservas efectivas y seguras en sitios prioritarios. Además, urge resolver conflictos con ganaderos a través de buenas prácticas.
“La especie no es un peligro, es un ejemplar indicador, es decir, a través del jaguar se pueden conocer las condiciones generales de un ecosistema”, agregó.
Por su parte, el director de Alianza Jaguar A.C, Erik Saracho Aguilar, reiteró la necesidad de mantener un hábitat adecuado para la especie, pues, dijo, “no se debe negociar con el medio ambiente”.
Consideró que la ganadería se ha convertido en una actividad realizada con especies exóticas, ya que esos ejemplares se introducen en espacios naturalmente destinados para otro fin, desplazando, por ejemplo, a la población de jaguar.
En su participación, el investigador de Proyecto Jaguar A.C, Rodrigo Núñez Pérez, señaló que la cacería y el envenenamiento son las principales amenazas para esa especie.
Aseguró, por otro lado, que el ecoturismo realizado en algunos lugares no es responsable y, por el contrario, se afectan los corredores biológicos por donde transitan esos ejemplares, por lo cual es necesario que el gobierno emprenda acciones para su protección.