*Así se cobijan empresarios de poder
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Figura crítica del periodismo mexicano, Carmen Aristegui fue despedida abruptamente el 6 de febrero 2011, dos días después de la última emisión de su programa “MVS Noticias con Carmen Aristegui”, transmitido las mañanas de lunes a viernes en la radiodifusora MVS y en el canal por cable Canal 52.
Reporteros sin Fronteras cuestiona la rapidez de la medida y la falta de explicaciones claras por parte del medio de comunicación, lo que acreditaría la hipótesis que sugieren que esto se debe a presiones políticas –incluso censura– contra la periodista.
Recordamos que Carmen Aristegui, también conductora de un programa en CNN en español, ya ha sido objeto de un despido abusivo en un contexto político delicado.
Acostumbrada a cuestionar los círculos del poder, Carmen Aristegui retransmitió y comentó en su emisión del 4 de febrero una protesta de diputados del Partido del Trabajo (PT) en la que se hacía referencia al presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón. Los legisladores subieron una manta a la tribuna de la Cámara de Diputados en la que se leía: “¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Y porque lo dejas conducir el país?” Subrayando que las supuestas inclinaciones alcohólicas del jefe de Estado ya habían sido mencionadas públicamente, Carmen Aristegui propuso al aire que la presidencia diera una respuesta clara al respecto (ver el video:
http://www.youtube.com/watch?v=M4mi7c4WpM0).
Señalando una “transgresión del código de ética” sin referencias precisas, la empresa MVS dio por terminada su relación contractual con Carmen Aristegui dos días después. En un mensaje grabado trasmitido por MVS, la estación argumenta que el código prohíbe la “presentación y difusión de rumores”.
(http://www.youtube.com/watch?v=aHn1qO9L0mA&feature=watch_response)
Según otras fuentes, Carmen Aristegui se habría negado a disculparse por este caso.
Frente a la polémica desencadenada por este despido que consideramos dudoso, consideramos que Carmen Aristegui no es culpable del “rumor”. Al contrario, la periodista reaccionó profesionalmente y quiso proporcionar a la presidencia el derecho de réplica. ¿De qué debía disculparse? Si un rumor es condenable por naturaleza, no puede quedarse sin eco cuando implica a una personalidad pública de primer plano.
El rumor debe convertirse en información o desaparecer tras un justo examen de los hechos o un debate digno de ese nombre. La censura no hace sino amplificarlo.
Si se comprueba que esta decisión obedece a presiones políticas directas o indirectas, el despido de Carmen Aristegui constituye un revés grave a la libertad de expresión.
Ya en 2008 la radiodifusora W Radio (del grupo Televisa) había blandido el vago argumento de una “incompatibilidad editorial” para separarse de Carmen Aristegui. Entonces, la periodista había contribuido a la difusión de importantes revelaciones sobre el caso de Lydia Cacho. Periodista independiente, ésta última había dado a conocer la existencia de una red de pedofilia que implicaba a personas cercanas al gobernador del estado de Puebla, Mario Marín (http://es.rsf.org/mexico-caso-lydia-cacho-la-justicia-del-03-06-2008,26456.html).