El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial, José Ignacio Echeverría Ortega, dijo que uno de los principales problemas que enfrenta este sector es su baja productividad, pues en México se editan 13 mil 500 nuevos títulos al año, en tanto que, por ejemplo, en España suman 117 mil.

En reunión de trabajo con senadores de la comisión de Cultura del Senado de la República, añadió que entre las principales causas del problema destaca una deficiente política para el fomento de la lectura, pues prevalece un “Estado editor que produce 60 por ciento de los libros”, y en la educación escolar México mantiene unicidad en el libro de texto.

Puntualizó que a esto se agrega la falta de planeación para indicar con anticipación de 3 a 5 años a los editores cuáles serán los requerimientos en el fomento a la lectura, por lo cual más del 85 por ciento de los libros en bibliotecas y aulas son importados de España.

Además,  precisó Echeverría Ortega, hay trabas financieras y burocráticas por el trato inequitativo fiscal, pues el librero está obligado a absorber el IVA y esto se refleja en el costo al consumidor.

Por otra parte, consideró necesario revisar lineamientos del Consejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, ya que para registrar un nuevo título actualmente se deben realizar 18 pasos, cuando solo se requieren tres o cuatro.

En lo anterior coincidió la presidenta de la Asociación de Editoriales Independientes Mexicanas, Deborah Holtz, al destacar que en un estudio de la ONU realizado a 108 países, México ocupó la posición  107 con sólo 2 por ciento del hábito de lectura en su población, mientras el primer lugar lo tiene Japón con 91 por ciento, seguido de Alemania con el 67 y Corea el 65 por ciento.

Esto pone en evidencia, puntualizó, que la industria editorial requiere de cambios urgentes para enfrentar los retos, en especial los relativos a la competencia, pues los editores grandes, medianos y  pequeños tenemos la desgracia de tener que competir contra el Estado, porque son los mayores editores y no podemos hacer nada porque a su vez son quienes nos compran, entonces vivimos en una bipolaridad, una especie de esquizofrenia porque no tenemos a donde movernos.

Es necesario, subrayó, establecer políticas públicas transversales que permitan, además, reconocer a la edición de libros como una industria y puedan tener acceso a créditos de Nafinsa, así como impulsar la creación de una instancia que promueva la edición e incluso la promoción del libro mexicano en foros extranjeros y/o internacionales, pues estas y otras acciones permitirían el fomento de esta cadena de producción.

A su vez, el director general de Ediciones ERA, Marcelo Uribe, subrayó que las políticas de falsos descuentos o precios inflados sólo logran concentrar el mercado y discriminar geográficamente, ya que las personas que tienen acceso a dichas cadenas obtienen descuentos, mientras que los demás pagan una especie de multa por no comprar en esos lugares.

Consideró indispensable modificar dos aspectos de la Ley, uno de ellos, volver a la cobertura del 100 por ciento de los libros o contar con sanciones que permitan aplicar correctamente la ley para ver sus resultados y destacó que en el país existe una librería por cada 200 mil habitantes, aproximadamente, en contraste con Argentina con una por cada 15 mil, por ejemplo.