El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó a la Cámara de Diputados que actualmente no cuenta con una plantilla humana ni con los recursos financieros para el levantamiento de una encuesta para la planeación y programación del apagón analógico en el resto del país.
Aclaró que tiene la experiencia para continuar con esas encuestas sobre la disponibilidad de los hogares de acceder a la televisión digital terrestre, pero es necesario un compromiso por parte de la institución responsable de la política del apagón analógico, para financiar los recursos presupuestales implicados.
El Inegi recordó que en colaboración y apoyo presupuestal de la desaparecida Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), durante 2012 levantó la Encuesta sobre la Penetración de la Televisión Abierta en los Hogares (ENPETAH), para un total de nueve áreas metropolitanas. En el 2013, la Cofetel solicitó el levantamiento de la ENPETAH adicionando 22 áreas metropolitanas; sin embargo, no se materializó.
Detalló que para esa encuesta se creó la infraestructura estadística necesaria y se generó dentro del instituto la experiencia suficiente para poder replicar este ejercicio en todas las áreas urbanas del país en las que se requiera generar información básica sobre la medición del grado de acceso de los hogares a la televisión digital terrestre.
La Cámara de Diputados requirió el pasado 7 de noviembre de 2013 al Inegi aplicar las encuestas en los hogares para conocer cuál ha sido el avance de la transición de televisores análogos a digitales y recomendar cuál sería el mejor lugar para el establecimiento de centros de acopio para aparatos obsoletos.
Los diputados argumentaron que en 2012 se comercializaron más de un millón de televisores análogos y la cantidad aumenta notoriamente si se suma el total de aparatos con que cuentan millones de familias, por lo que urgieron a tomar medidas al respecto, sobre todo cuando la población decida sustituirlos por nuevos y desecharlos como residuos electrónicos.
Relataron que hasta el momento, el Gobierno federal no ha realizado ningún pronunciamiento para establecer una política pública sobre el destino de los televisores analógicos desechados y por desecharse, destacando que, en la ciudad de Tijuana, más de 60 mil aparatos terminarían contaminando el relleno sanitario municipal.
El costo estimado de este proyecto de transición ascendía a 17 mil millones de pesos (Cofetel, 2012); tan sólo entre 2010 y 2012, la tasa de sustitución de televisores análogos a digitales presentó un índice del 70.5 por ciento, es decir, las medidas que se han tomado aceleraron la sustitución de aparatos, mencionaron.
Además, precisaron que el 94.7 por ciento de los hogares en todo el país cuentan con televisión, sin embargo, la penetración digital es del 21.3 por ciento, mientras que en 2010 la tasa era del 13 por ciento (Cofetel 2012).
En un documento publicado en la Gaceta Parlamentaria y remitido a la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Inegi puntualiza que la experiencia que el instituto adquirió con el levantamiento de la ENPETAH 2012 demostró que este ejercicio de recolectar información es útil para el diseño de estrategias; el apagón analógico debe ser un esfuerzo coordinado entre la institución responsable de la política y el Inegi, consideró.
El instituto, precisa, puede aportar la infraestructura de recolección de datos. “Si este vinculo no se da, existen riesgos de que la información generada no sea útil para el seguimiento de la política diseñada para este propósito”, afirma.
De igual modo, resalta que es competencia de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturas (Semarnat), recomendar cuál sería el mejor lugar para el establecimiento de los centros de acopio para aparatos obsoletos.
Sin embargo, afirma que la información generada por el Módulo Ambiental de Residuos Sólidos Urbanos, aplicado a través del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegaciones 2011, permite determinar los centros de acopio existentes por entidad federativa, precisando los materiales que se reciben en ellos.
Por ello, estimó, “es posible fabricar rápidamente una primera idea sobre la situación imperante en el país en este terrero, si de habilitar centros de acopio para recibir residuos tecnológicos se trata”.
Reitera que está en la mejor disposición de proporcionar la información que pueda ser de utilidad y propone una cooperación interinstitucional para determinar el mejor lugar para establecer centros de acopio.