La senadora Mely Romero Celis, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), presentó ante el pleno del Senado de la República, la iniciativa con proyecto de decreto que reforma la Ley General de Salud para prohibir la gestación por sustitución, comúnmente conocida como maternidad subrogada o vientre de alquiler.

Romero Celis señaló que la iniciativa presentada y que se turnó a Comisiones de Salud Estudios Legislativos,  tiene como objetivos prohibir la subrogación de vientres, e imponer una sanción privativa de la libertad y una multa económica a las personas que la promuevan o participen en ella.

La senadora Romero comentó que esta práctica, a todas luces violatoria de los derechos fundamentales de las mujeres y los niños involucrados, es una nueva forma de explotación, que trae consigo 3 grandes conflictos: 1) la explotación de mujeres; 2) el tráfico de niñas, niños y órganos; y 3) problemas legales que resultan de este tipo de prácticas.

En México, la flexibilidad de algunas legislaciones estatales, particularmente las de Tabasco y Sinaloa que permiten la práctica bajo la figura de “maternidad subrogada”, ha propiciado, de acuerdo con la Senadora, que nuestro país “sea considerado como parte de un modelo de negocio global de alquiler de vientres”, derivado de una situación legal que permite la subrogación comercial, y de la facilidad con que se puede encontrar a mujeres con altos índices de vulnerabilidad dispuestas a rentarse para mejorar su situación económica.

La prohibición del comercio con seres humanos mediante la EMFR es un tema que ha logrado importantes consensos entre las diversas fuerzas políticas de países como Francia, España, Alemania y Austria. De ahí, que la senadora Romero esté convencida de que la tendencia más protectora de los Derechos Humanos de las personas y, la más acorde con los dispositivos constitucionales de nuestro país, es aquella que la prohíbe.

“Un país respetuoso de la dignidad humana no puede consentir que las personas, en especial las mujeres y los niños, sean tratados como objetos y no como sujetos que necesitan protección; para ello necesitamos erradicar las prácticas que facilitan el comercio humano: desde sus modalidades más crudas, hasta las que se llevan a cabo de manera velada, como es el caso de la explotación de mujeres con fines reproductivos”, puntualizó la senadora.