A cinco meses de haber entrado en vigor, la senadora María de los Ángeles Moreno subrayó que la Ley de Ayuda Alimentaria para los Trabajadores (LAAT) no genera obligación alguna para los patrones, sí debe ser considerada como un importante apoyo que contribuye no solo a mejorar la salud de la clase obrera, sino a evitar el ausentismo, prevenir enfermedades y reducir sustancialmente los accidentes laborales.
“La Ley busca promover, de manera voluntaria, que los patrones adopten esquemas de ayuda alimentaria en beneficio de sus trabajadores, y al mismo tiempo ofrece estímulos fiscales a las empresas que adoptan esta práctica”, señaló.
En este orden, precisó que los gastos en los que incurran los patrones que proporcionen servicios de comedor a sus trabajadores, así como para la entrega de despensas o de vales para despensa o para consumo de alimentos en establecimientos, son deducibles en los términos y condiciones que se establecen en la Ley del Impuesto sobre la Renta y en la Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única.
Dio a conocer que es importante aclarar ese punto, pues en muchas ocasiones se considera erróneamente que la Ley es obligatoria, razón por la cual empresas de consultoría y relaciones industriales han organizado foros para difundir los alcances y beneficios de la LAAT.
Algunos de esos foros, dijo, se han llevado a cabo en las ciudades de México, Guadalajara y San Luis Potosí, y próximamente tendrán lugar en Veracruz y Toluca. “La idea es que las propias empresas dedicadas a las relaciones industriales promuevan las bondades que otorga la Ley no solo a la clase trabajadora, sino a las propias empresas.
Moreno Uriegas explicó que Brasil es un claro ejemplo de los beneficios que representa la aplicación de esa Ley, ya que en 10 años de vigencia se lograron reducir drásticamente los accidentes de trabajo y evolucionó el número de trabajadores beneficiados, así como el número de empleos directos generados en el sector de alimentos.
Confió que en el mediano plazo, la LAAT beneficiará a 15 millones de trabajadores, pues se trata de una prestación que puede darse de varias maneras para hacerla accesible a cualquier tipo y tamaño de empresa.
Se puede recurrir a vales de plástico, de papel; también a comedores dentro de la empresa, si es que tienen el espacio y la forma de hacerlo, o bien, generar los espacios para que, aunque no se de allí la alimentación, los trabajadores lleven sus alimentos y los puedan tomar en un área que no sea en la banqueta o en la calle, como suele ocurrir.
La legisladora puntualizó que la ayuda puede ser otorgada con base en una canastilla de alimentos, misma que deberá estar supervisada para que sea balanceada, que tenga los nutrientes adecuados y que puede, además, ser no solamente para el obrero, sino para su familia, con lo cual se mejora el poder adquisitivo familiar.
De igual modo, explicó que la norma marca que se puede recurrir a concesiones con restaurantes o fondas que estén dispuestos a afiliarse al esquema de un programa alimentario; se puede hacer también una contraprestación por mes o por quincena y, desde luego, esto implicaría acciones de supervisión para que haya comida sana y para que el aceite no se use varias veces porque contamina y afecta la salud de las personas.
Por ello, María de los Ángeles Moreno hizo un llamado para que más empresas vinculadas al ya sector de las relaciones industriales se sumen a la promoción de la LAAT en todo el país, ya que los apoyos y beneficios son tanto para la clase trabajadora como para las empresas otorgantes.