Ante las comisiones de Energía y de Puntos Constitucionales, el director corporativo de Finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex), Mario Alberto Beauregard Álvarez, reconoció que la balanza comercial energética del país va en declive, por lo que de continuar esta tendencia México se convertirá en importador neto de energéticos.
Refirió que tan sólo en gas, el país importa una tercera parte del consumo nacional; en gasolinas es similar, pues en 1997 sólo era el 25 por ciento y hoy es el 50 por ciento, y en petroquímica, la importación es del 35 por ciento.
Se pronunció, entonces, por apoyar la Reforma Energética propuesta por el Ejecutivo federal, toda vez que habrá mayor crecimiento económico, se generarán empleos y la inversión aumentará.
Con esta reforma, continuó, al término de este sexenio el crecimiento será del 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y para el 2025, 2 por ciento más. Además, se generarán medio millón de empleos adicionales al final del sexenio y 2.5 millones en 2025.
En la reunión denominada “Rumbo a la Reforma Energética. Sector Hidrocarburos”, los diputados Noé Hernández González e Irazema González Martínez Olivares, destacaron la necesidad de impulsar esta iniciativa, pues en pocos años México podría ser importador neto de energéticos, y se pronunciaron por fortalecer a Pemex.
Argumentaron que esta reforma no sólo es de hidrocarburos, sino que busca aumentar la oferta de energéticos, a través de la ciencia y tecnología, y del tránsito a las energías verdes y renovables. “Sin reforma constitucional no se puede utilizar el metano de todos los rellenos sanitarios, porque hay una limitación”.
Los diputados Agustín Miguel Alonso Raya, Julisa Mejía Guardado y Javier Orihuela García cuestionaron la propuesta de modificación al artículo 28 constitucional, y sostuvieron que el problema principal está en el régimen fiscal de la paraestatal.
Preguntaron “¿qué dará México a una empresa extranjera o trasnacional para que arriesgue sus recursos en el país?, ya se ha dicho las ganancias de Pemex y no la de los capitales extranjeros”. Se pronunciaron para que la paraestatal sea un organismo competitivo, rentable y sin corrupción.
La diputada Laura Ximena Martel Cantú puntualizó que se requiere explorar y perforar más campos y pozos, a fin de obtener más gas y crudo, así como ser más competitivos.
Es urgente, sostuvo, dotar a Pemex de los elementos necesarios para que pueda operar en condiciones de igualdad frente a otros operadores del mundo.
Por Movimiento Ciudadano, el diputado Ricardo Mejía Berdeja manifestó que uno de los grandes problemas de Pemex es la corrupción y dijo que las reformas son “entreguistas”, pues se le deja un cheque en blanco al gobierno para hacer contratos.
Subrayó que es extraña esta necedad de hacer cambios en la Constitución, ya que es la reforma más escueta que esta Cámara haya tenido, pues sólo elimina la restricción a hacer contratos de utilidad compartida, e hizo votos por excluir a los yacimientos en aguas someras y tierra.
El director corporativo de Finanzas de Pemex, Mario Alberto Beauregard Álvarez, detalló que la paraestatal tiene reservas probadas por 44.5 miles de millones de barriles, las cuales alcanzan para 32 años, por lo que el reto está en aprovechar la riqueza del subsuelo.
Con la reforma, dijo, se podrían tener tarifas eléctricas más bajas; mayor oferta de fertilizantes y generación de electricidad por gas, es decir, sin depender del diesel. “A pesar de que México es atractivo para la inversión, hay rezagos en el tema de proveer a la economía de energía más barata”.
Aseguró que en la actualidad, las tarifas eléctricas son 25 por ciento más caras en México que en Estados Unidos. Si se usa gas en lugar de diesel, el precio de la energía eléctrica podría ser 5.5 más barata o 4 veces más económica si se deja de utilizar el combustóleo.
Beauregard Álvarez argumentó que se requiere una reforma constitucional para darle certidumbre jurídica al inversionista, que ayude a explotar los hidrocarburos del país, bajo el esquema de que éstos continuarán siendo de la nación.
Afirmó que “la era del petróleo fácil se está terminando”, por lo que se necesita una reforma que le permita a México aprovechar importantes yacimientos en aguas húmedas y ser más competitivos.
La ventaja de la reforma es que la paraestatal podrá asociarse para compartir riesgos y tecnología; fortalecer a los órganos reguladores, y modificar su estructura organizacional, ya que se necesita “un Pemex fuerte, eficiente y capaz de competir con las empresas que pueden venir al país”, aseguró.
Reconoció que el régimen fiscal le quita a Pemex todos sus recursos excedentes, por lo que necesita ser vista como una empresa y mantener parte de sus utilidades. “Si no lo hacemos ahora, seguiremos dejando a la paraestatal sin competencia; estos cambios le permitirán ser transparentes y reducir sus niveles de corrupción”.
El funcionario resaltó que Petróleos Mexicanos tiene una deuda neta de 60 mil millones de dólares. “Si sigue subiendo, nos saldrá más caro hacer las inversiones que se requieren”, indicó.