A pesar de que hay un mercado cautivo en el territorio nacional para desarrollar una industria automotriz competitiva, México se ha conformado con desempeñarse como ensamblador de vehículos automotores, al delegar el desarrollo de tecnología, componentes e infraestructura a empresas multinacionales, expuso María de Lourdes Álvarez Medina, de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la UNAM.
La especialista en Innovación y Competitividad en este sector productivo de la División de Investigación de la FCA, señaló que las empresas mexicanas del ramo que existían antes de la apertura comercial, han desaparecido o fueron absorbidas por las transnacionales.
“Desde 1994 con el cambio en la Ley de Inversión Extranjera Directa, muchas multinacionales se asentaron en México y eso les facilitó el comercio intrafirma y el aprovechamiento de mano de obra barata, en ese entonces no capacitada”.
Álvarez Medina, quien además presentó el libro “La Industria Automotriz en época de crisis”, editado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (IIEc), enfatizó que este ramo no puede considerarse como nacional, porque todas las ensambladoras, insumos, proveedores de primer y segundo nivel, e incluso hasta los directivos locales, son extranjeros.
“Es cierto que han capacitado a nuestros obreros y directivos con estándares de producción y manufactura mundial y han creado empleos, pero qué decir si el 80 por ciento de los trabajadores son remunerados con sólo dos salarios mínimos”, subrayó.
Con el freno de mano puesto
También, admitió que los tomadores de decisiones en el país han sobreestimado el impacto que puede tener este rubro en la economía nacional.
“No es tan próspera como ellos piensan y sí así lo fuera no viviríamos la situación actual. Ellos esperaban que este segmento jalara a todas las ramas que cruza, como infraestructura, energía y servicios, pero apenas se recupera de su caída desde 2009 en la que decreció hasta en 29 por ciento”.
La especialista universitaria planteó que la problemática atañe también al ámbito gubernamental, que tiene el imperativo de contribuir a establecer legislaciones más justas que favorezcan al país.
“En China, 49 por ciento de las acciones son extranjeras y el resto, nacionales; en alguna época tuvimos políticas semejantes, pero no logramos dar ese salto. Ahora esa nación se vislumbra como líder mundial de este sector”.
Y es que de manera paradójica, el 80 por ciento de los automotores que se producen en México son exportados. No obstante, indicó, “la mayoría de los autos nuevos que se venden internamente son de importación”.
La era de la camioneta
Álvarez Medina precisó que el índice de motorización del país es de 282 autos por cada mil habitantes y el parque vehicular crece rápidamente; un fenómeno que se ha robustecido en los últimos años, precisó, es el auge de las camionetas de pasajeros y carga ligera.
“Este fenómeno se observa en Estados Unidos y el territorio nacional desde hace 12 ó 15 años, y el segmento de adquisición que más creció fue el de las camionetas, debido a que su costo era inferior, porque algunas se armaron en plataformas de automóviles”.