*Relato de un joven que perdió su trabajo

*“Puse un anuncio por Internet y funcionó”

*“Tuve mucho miedo antes de la operación”

Por Elías Benicio Mora

Una víctima a la que llamaremos Francisco, relata su experiencia donde él puso a la venta en Internet uno de sus riñones.

“Perdí mi empleo, ganaba cerca de 25 mil pesos mensuales y rentaba un departamento, la empresa donde trabaja quebró, o mejor dicho, los dueños la cerraron cuando perdieron unas licitaciones. Tenía un poco de dinero ahorrado pero había adquirido deudas con algunos bancos, las cuales me era difícil pagar porque tenía que pagar la mensualidad de mi coche.

Tras unos meses dejé de rentar el departamento y me mudé con uno de mis hermanos, la situación se volvió difícil cuando la agencia automotriz me embargó el coche. Entonces decidí irme a rentar un cuarto y baño, mi nuevo trabajo no me daba para más. El golpe más difícil fue cuando mi novia me dejó”.

Tras cinco meses Francisco tomó la decisión de poner un anuncio en Internet y poner a la venta uno de sus riñones.

-¿Por cuánto dinero vendiste tu riñón?

-Por mucho.

-¿A quién se lo vendiste?

-No supe bien a quién, pero por los exámenes que me practicaron antes de quitarme el riñón supongo que a alguien con mucho dinero.

A Francisco lo citaron en un departamento aledaño al mercado de Jamaica, donde le practicaron la cirugía para retirarle el riñón izquierdo.

“Me dio mucho miedo antes de que me operaran, pensé que ya no iba a despertar de la anestesia y que incluso me quitarían algo más que mi riñón izquierdo. Cuando desperté ya no había nadie conmigo, aún estaba encima de una mesa, las personas que me intervinieron me dejaron varios medicamentos que debía de tomar, me dejaron comida y agua para varios días, pienso que corrí con surte, ahí estuve tres días y luego le llamé a mi hermano para que fuera por mí”.

-¿Fuiste a que te revisara otro médico?

-No, cómo crees. No quiero ir a la cárcel. Cuando desperté encima de esa mesa mi vida cambió. Honestamente a las personas que se lo vendí me trataron muy bien, me siento bien, sólo me tengo que cuidar mucho y seguir los consejos que me dejaron ésos médicos.

-¿Pagaste todas tus deudas?

-Sí, todas y me sobró algo de dinero.

-¿Regresó tu novia contigo?

-No, claro que no (risas), no la necesito. Tengo a mi lado a personas que realmente me quieren.

-¿Sabes que cometiste un delito?

-Lo sé y no me importa, lo que importaba era salir de mis broncas de dinero, ahora estoy reiniciando mi vida.