El Juzgado Segundo de Distrito en el estado de Campeche concedió la suspensión para la siembra comercial de soya genéticamente modificada en siete estados de la República Mexicana, lo que demuestra que tanto el procedimiento de autorización como el permiso no estuvieron apegados a las normas constitucionales y de tratados internacionales, ni a los principios fundamentales en materia de bioseguridad, afirmó el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
La suspensión judicial responde a sendos amparos interpuestos por organizaciones indígenas y apicultoras en contra de la autorización otorgada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) a la empresa Monsanto para una superficie potencial de siembra de 253 mil 500 hectáreas en etapa comercial de soya genéticamente modificada, en los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Chiapas.
Sin embargo, el Cemda consideró que la Sagarpa incurrió en una violación a la ley al autorizar la siembra comercial, toda vez que existe una suspensión de oficio dictada por el Juzgado Primero en el estado de Yucatán, relativa al permiso otorgado para la etapa piloto a Monsanto.
Al estar suspendido dicho permiso, no se cumplía uno de los requisitos para el otorgamiento del permiso comercial y por ello se consideró que también la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha evadido su responsabilidad en la aprobación de siembra de transgénicos en México.
Por otra parte, el Cemda dijo a los productores interesados en la siembra de soya genéticamente modificada que corren riesgos al invertir en este tipo de cultivos, ya que existe una fuerte oposición y una lucha a través de las vías legales y políticas para que el país sea decretado Zona Libre de Transgénicos.
En este sentido, la organización destacó que el pasado 20 de julio el cabildo de Felipe Carrillo Puerto, Q. Roo, aprobó por unanimidad una iniciativa que pide declarar ese territorio municipal como zona libre de transgénicos e informó que el director general de Fomento a la Agricultura de la Sagarpa, Simón Treviño Alcántara, aseguró a los apicultores que este año no se sembraría soya transgénica.
De acuerdo con el Cemda, esta decisión es favorable para la apicultura, actividad que coloca a México como sexto productor y tercer exportador mundial del endulzante.
Esta actividad se ha desarrollado tradicionalmente en la península de Yucatán, principalmente por productores indígena. El 95 por ciento de la producción yucateca de miel se exporta, generando divisas por 900 millones de pesos.
Por ello —apuntó el centro— el riesgo de contaminación a causa de polen transgénico podría ocasionar el cierre de los mercados europeos a la miel mexicana, lo que afectaría de manera directa a alrededor de 25 mil familias campesinas y de origen indígena que viven de la apicultura.
Revista digital 2000 Agro