El diputado Fernando Zárate Salgado declaró que para el año 2017 se contempla que el costo para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la obesidad y sobrepeso aumentará a 150 mil 860 millones de pesos.
Sostuvo que esta situación es grave, ya que, como lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), México ocupa el segundo lugar en obesidad en hombres y el primero en mujeres a nivel mundial, sólo después de Estados Unidos.
Los datos, comentó, muestran la necesidad de implementar una estrategia que permita atender el aumento de peso y otras enfermedades como la diabetes, a través de la promoción de una alimentación saludable, que incluya la idea de disminuir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas.
“México consume 163 litros de refresco al año por habitante, superando en 40 por ciento el de un estadounidense promedio, de 118 litros anuales, lo que lo ubica a nuestro país en el primer lugar a nivel mundial”, indicó Zárate Salgado.
Ante este panorama, el legislador mencionó que es necesario reformar el artículo 2 de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a fin de aumentar el gravamen de uno a dos pesos por litro en refrescos y bebidas azucaradas.
Subrayó que esta reforma ayudaría a reducir efectivamente el consumo de refrescos, a financiar programas de nutrición en contra de la obesidad, la adopción de hábitos de alimentación más saludables y a reducir la incidencia de diabetes, lo cual se traduce en un ahorro de 13 mil millones de pesos, por costos directos de enfermedades relacionadas con estos padecimientos.
Además, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, el 39 por ciento de las personas mayores de 20 años padecen sobrepeso, y el 32, obesidad; es decir, que 7 de cada 10 mexicanos presentan estos padecimientos, agregó.
Por otra parte, continuó, cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revelan que el país se encuentra entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial, pues uno de cada 3 niños mexicanos sufre de este problema.
Zárate Salgado apuntó que, según un artículo publicado por New England Journal of Medicine, la probabilidad de que un niño sea obeso aumenta 60 por ciento por cada porción de refresco, es decir, con 227 mililitros al día, y, por tanto, la posibilidad de padecer diabetes y otras enfermedades relacionadas con el sobrepeso.
En el caso de las mujeres, el consumo de una porción diaria de refresco aumenta en 23 por ciento el riesgo de enfermedades del corazón, y se incrementa en 35 por ciento para las que consumen dos o más porciones al día.
Abundó que de acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, las personas que sufren estos padecimientos relacionados con la obesidad y sobrepeso estarán enfermas alrededor de 18 años de su vida, lo que afecta su desarrollo personal y profesional, debido a que gastan 36 por ciento más en servicios de atención médica y 77 por ciento en medicamentos.
Explicó que las personas con obesidad mórbida o severa mueren entre 8 y 10 años antes que aquellas con un peso equilibrado, ya que con cada15 kilogramos extra se aumenta en un 30 por ciento el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, lo que representa un gasto más para los servicios de salud pública.
“Debe ser del interés de la Cámara de Diputados que los recursos obtenidos por el impuesto a esta clase de bebidas sean destinados al sector salud, para establecer programas de prevención de la obesidad”, concluyó.