Por Salvador Flores Llamas

Tras la tormenta que generó su dicho de que las autodefensas se aliaron al gobierno federal para combatir a los Caballeros Templarios en Michoacán, hizo mutis el secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong, y algunos despistados creyeron que había sido desbancado de la coordinación de la batalla contra la inseguridad pública.

En la Cumbre Económica Mundial de Davos le saltó al presidente Peña Nieto el tema michoacano cuando nadie lo esperaba y menos el gobierno, que hubiera deseado que todo fuera un reconocimiento por las reformas legales estratégicas alcanzadas en el Congreso.

El mandatario agarró el toro por los cuernos y reiteró la alianza con esas policías, predicha por Osorio.

Esto acalló la discusión que ocurrió en las altas esferas, en que el colmilludo Beltrones dijo que las autodefensas fracasaron en Colombia, según el exjefe de la policía nacional de tal país, general Oscar Naranjo, quien era asesor en seguridad nacional de Peña Nieto y resultó damnificado de tal rebatinga.

Casi en paralelo el presidente colombiano Juan Manuel Santos por twitter anunció que había invitado a Naranjo a apoyar su campaña de reelección, por lo que dejaba México, y lo salvó de que lo viéramos como chamuscado.

Pero las imágenes de Tierra Caliente tarasca provocaron en Davos desviar la atención de las oportunidades que la reforma energética abre a inversiones foráneas; capítulo en que se llevó la palma Irán, que al reconciliarse con Occidente se volvió fuerte imán de ellas y aumentará sus ventas petroleras con lo que perjudicará a México por partida triple:

Abaratará el precio internacional de crudo, ganará mercado a nuestras exportaciones y se llevará gran caudal de inversiones, que huyen de aquí por la inseguridad pública, que causan los criminales y la CNTE que asuelan Michoacán, el DF, Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas y pare usted de contar.

Ese talón de Aquiles debe frenarlo Peña Nieto, so riesgo de que anule las reformas, como de hecho hizo la CNTE con la educativa, pues por desgracia las imágenes circulan por todo el mundo, son más elocuentes que palabras de los políticos y los asesinatos, el incendio de camiones con mercancías y demás inhiben a los grandes capitales a asentarse en nuestro país.

Peña anunció que en Davos le ofrecieron 7 mil 500 millones dólares para invertir en Pemex, que ojalá se den, aunque la realidad es muy terca.

Bien se colige que la inseguridad de Michoacán y otros estados puede dar al traste con las reformas, pues no bastan las promesas, sino los hechos.

Y Michoacán dista mucho de dejar de ser un estado fallido. Legalizar las autodefensas no es el camino, pues si se asimilan a las policías municipales y rurales, serán las mandonas por su armamento, mejor al del Ejército, que ya habrán detectado que no proviene de la mafia Jalisco Nueva Generación, como se afirmó.

Combatir el crimen con criminales no es lo adecuado, como se dice hasta la saciedad. ¿Qué pasará si anulan la autoridad municipal, arroyan los pueblos y fijan cuotas de extorsión, como ya ocurrió en Tierra Caliente?

¿Por qué volver a seguir propiciando que las imágenes propalen en el mundo que México no está apto para la inversión extranjera, que tanto necesita, y ésta prefiera Irán, donde el autoritarismo de los Ayatolas le da garantías?

¿Para qué lanzar otra estrategia de seguridad publica en Michoacán u otros estados, o permitir que las policías comunitarias de Guerrero, que se sabe claramente son apoyadas por el EPR y guerrillas invadan más entidades, con riesgo de que la inseguridad pública se torne incontrolable?  

Es mejor aplicar la ley, y no permitir más a los criminales perjudicar a quien la cumple, paga sus impuestos y a cambio es dañado en su vida y negocios.

No es, pues, hipérbole asentar que Michoacán puede ser la tumba de las reformas, que tanto trabajo les costaron a Peña Nieto y al Congreso, son un legítimo triunfo de ambos y que México necesita desde hace mucho.

Ya basta de vaciladas, dice nuestro pueblo.