En los últimos tres años el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral han interpretado la reforma del 2007-2008, como mejor les ha parecido y a sesenta y siete días de que inicien las campañas electorales a nivel federal, lo único que queda claro es que entre el IFE y el TRIFE no hay una sincronización, ni empate en sus criterios.
Así se refirió el senador Javier Orozco Gómez a las indefiniciones entre ambas instituciones electorales, quienes son las encargadas de la interpretación y aplicación de las normas; pero de ahí, a resolver de acuerdo al humor con el que amanezcan, y un día digan sí se puede y al otro no; “sólo crea incertidumbre que las lleva a un desgaste anticipado y de ahí al precipicio”.
Dejó en claro que el IFE y el TRIFE en el tema de la transmisión de debates en medios electrónicos, les ha salido muy “espinoso” y sus indefiniciones e incongruencia en tres resoluciones las llevaron a asegurar que el transmitir debates entre precandidatos por radio y televisión implica posibles sanciones, porque se señala que se considera tiempo adquirido. “A pesar de que no existió pago alguno”, aseguró.
Para el integrante de la comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado, “con esta resolución, dejan entrever que la libertad de expresión tiene límites y más si se trata de propaganda electoral, y se salen por la tangente, proponiendo que mejor se hagan notas informativas para noticieros”, sin embargo, ¿cómo quieren que los medios se arriesguen a realizarlos?.
“Derivado de lo anterior, da la casualidad que cuando un reconocido periodista expresa este entorno, las autoridades electorales salen a decir que sí se puede; es más, se ha llegado al grado que conductores de noticias inviten a las autoridades para que en público les “autoricen” efectuarlos y aún así, no se comprometen”, recalcó.
El senador del Partido Verde Ecologista mencionó que las incongruencias de las autoridades electorales evidencian que ya nadie puede manifestar sus preferencias políticas.
“Unos ‘calzoncillos’ de un boxeador, por ponerle el logotipo de un partido político, le motivó una amonestación pública; es decir, ya nadie puede expresar su preferencia política de ninguna manera en este país, además, por el hecho de realizar entrevistas también resulta que los comunicadores son presuntos culpables, el colmo de la vida”, finalizó.