*Senadoras alzan la voz
“Ya basta de que a las mujeres se nos esté despreciando en el Senado de la República, hay muchos pendientes que hemos presentado para favorecer al sector femenino y se nos ignora, lo que representa una forma de discriminación o de violencia política”.
Fueron palabras textuales de la senadora Claudia Sofía Corichi García, expresadas desde la tribuna parlamentaria, pero ignoradas por los propios legisladores y medios de comunicación. Aquí su reclamo textual: “En nuestro país la violencia en contra de las mujeres no sólo no se ha reducido, sino que se ha incrementado y no vemos, de ninguna manera, una política de Estado y una política integral en todos los niveles de gobierno encaminada a lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres y a combatir este terrible fenómeno.
“A pesar de la aprobación de la ley, la ley en los hechos, es letra muerta. La violencia de género tiene como una de sus principales causas la discriminación por género, que genera desprecio y que conduce a asumir actitudes de poder de un género sobre otro.
“El Estado mexicano en su totalidad, e incluso parte de lo que corresponde a esta soberanía, no estamos cumpliendo con la obligación constitucional de promover la igualdad entre hombres y mujeres.
“Me sumo a lo que decía la senadora Ludivina, cuando hace un exhorto de que se tiene que dictaminar como si realmente importara a todas y a todos los integrantes de esta legislatura, el tema, pues hay varios pendientes que tienen que ver con mujeres.
“Ahí está el tema de las Juanitas sin dictaminar, lleva cerca de cuatro años, y ha sido presentado por todas las mujeres de esta Cámara y sigue sin dictaminar; ahí está también el hecho sin dictaminar, de las iniciativas que proponen que en órganos autónomos colectivos de Estado y en el gabinete federal, exista paridad de género, y muchas otras de las que ya comentó ampliamente la senadora Ludivina Menchaca.
“Estas iniciativas sufren el desprecio o la indiferencia de grupos de trabajo, que lamentablemente debo decirlo, encabezados por nuestros propios compañeros hombres, que afectan los intereses colectivos, en especial de las mujeres. Y ésa también es una manera de discriminación o de violencia política.
“Mientras la representación política femenina sea deficitaria, mientras no logremos avances sustanciales para la consecución de la verdadera igualdad de género, mientras las mujeres ganen menos que los hombres por trabajos iguales, mientras que en todo nuestro país las mujeres no puedan disponer libremente, de decidir sobre lo que se circunscribe de su cuerpo, y no se respete su dignidad humana, no podemos ni siquiera pensar que se está reduciendo la violencia en contra de las mujeres, porque al final, son los hechos concretos y los resultados que pueden medirse, lo que significará un verdadero cambio.
“Es una cuestión de compromiso de quienes ostentan el poder o de quienes estamos en los espacios de definición en todos los ámbitos. Necesitamos que dejen de escatimarse voluntades en ese sentido, ser generosos y generosas y menos timoratos en estos temas.
“El feminicidio hoy por hoy es la más brutal de las expresiones de violencia en contra de las mujeres, en su combate nuestro país está brutalmente reprobado”.