El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008 ocasionó más de siete millones de defunciones, aproximadamente el 13 por ciento del total registrado ese año. En México, el pulmonar es el que provoca más estragos entre la población. En mujeres, el de mama y el cérvico-uterino son los comunes; en varones, el de próstata, testicular y de colon.

Se trata de un grupo de enfermedades causadas por alteraciones o mutaciones en el material genético, que provocan un crecimiento desmedido de células que invaden órganos y tejidos del cuerpo distintos de aquel en que se originaron. El 95 por ciento de las muertes asociadas se deben a este mecanismo de diseminación, conocido como metástasis.

El cáncer de mama es la primera causa de mortalidad entre la población femenina de nuestro país, con más de cinco mil al año, lo que significa que cada hora mueren dos mujeres después de perder la batalla contra esta enfermedad, considerada un problema de salud pública.

Estar expuestas a estrógenos desde edades tempranas podría explicar el número de casos registrados. Al comenzar a menstruar desde la infancia -entre los 10 y 11 años-, y llegar a la menopausia a los 50, tienen tres o cuatro años más de exposición de lo normal, aseguró Alejandro Zentella Dehesa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, en ocasión del Día mundial contra el Cáncer, que se conmemora este 4 de febrero.

A ello se suma el uso de anticonceptivos y tratamientos hormonales, que aumentan la concentración de estrógenos. Ocho de cada 10 casos de cáncer de mama se originan a partir de las células que recubren los ductos donde originalmente fluye la leche materna, explicó el secretario de Enseñanza de la citada instancia.

En estudios realizados por Alejandro Mohar, investigador de Biomédicas y actual director del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), se ha determinado que la enfermedad está asociada con la obesidad y el sobrepeso, refirió.

Las mujeres de escasos recursos tienen mayores posibilidades de padecer cáncer cérvico-uterino, primera causa de muerte oncológica en Chiapas y Oaxaca; en Nuevo León, Tamaulipas y Sinaloa, es el de mama, lo que demuestra la pertinencia de diseñar estrategias orientadas a combatirlo con un enfoque regional, para utilizar de manera eficiente los recursos, aseguró.

Zentella Dehesa informó que el Programa de Investigación Biomédica en Cáncer de Mama reúne a más de 20 investigadores, provenientes de los institutos de Investigaciones Biomédicas y Fisiología Celular, de la UNAM, y de los institutos nacionales de de Ciencias Médicas y Nutrición, Cancerología, y Enfermedades Respiratorias.

El grupo interdisciplinario tiene como propósitos proponer alternativas terapéuticas y la identificación de marcadores moleculares útiles en pronóstico o tratamiento. En la UNAM se ha estudiado la enfermedad desde que fue reconocida como un problema de salud importante, destacó el también coordinador de la licenciatura en Investigación Biomédica Básica.

El origen

La aparición de cáncer está relacionada con la exposición a toxinas ambientales, asociadas en su mayoría con combustibles o el consumo de alimentos ricos en aflatoxinas. Estos compuestos –conocidos como mutagénicos- afectan la estructura genética y promueven mutaciones al azar.

Además, el tipo de alimentación, la frecuencia en la práctica de ejercicio, el consumo de tabaco y alcohol, y la actividad laboral aumentan o disminuyen el riesgo de padecimientos oncológicos.

En lesiones como raspones, quemaduras o cortaduras, el cuerpo responde de inmediato para reparar el daño, gracias al crecimiento de las células. En las enfermedades oncológicas, estos mecanismos no funcionan correctamente, debido a las alteraciones genéticas. Alrededor de 300 genes relacionados con la vida celular están asociados a cáncer, refirió.

Además, los genes que controlan las reacciones bioquímicas relacionadas con la muerte celular programada –después de que cumplen su función en el organismo- están mermados en su funcionamiento en las células asociadas a ese mal, lo que prácticamente las vuelve inmortales.

Tienen la capacidad de propagarse hacia tejidos y órganos distintos a aquellos en que se originaron, en un proceso conocido como metástasis. “Ocurre al momento en el que células tumorales del hígado atacan el cerebro”, ejemplificó.

El 95 por ciento de las muertes asociadas a cáncer en todos sus tipos se deben a este mecanismo de propagación. “Los genes relacionados convierten al cáncer en una enfermedad mortal y en un problema de salud pública”, concluyó