La dependencia excesiva hacia la nicotina que contiene el tabaco, provoca que los vasos sanguíneos se estrechen, la circulación de la sangre sea lenta y el corazón trabaje de manera forzada. Junto con otras sustancias tóxicas que tiene el cigarro, puede ocasionar cáncer de pulmón, boca, laringe, esófago, riñón, vejiga y páncreas, entre otros, así como asma, bronquitis y enfisema pulmonar.
Otras consecuencias de su consumo son: envejecimiento prematuro de la piel, daños a la dentadura, mal aliento, manchas en las uñas de los dedos, así como úlceras gástricas y duodenales.
El problema suele iniciar en la adolescencia debido a la presión que ejercen los compañeros de escuela, publicidad excesiva en torno al consumo de cigarros, sentirse importante, imitación y curiosidad, o estrés y nerviosismo. El tabaco consume tu salud lentamente.
Si deseas dejar de fumar, acude con tú médico o a la unidad de salud de tu preferencia donde personal capacitado te orientará, recuerda no estás solo.
Si requieres de mayor información, orientación, tienes dudas o comentarios, comunícate al Servicio de Orientación en Salud (SOS) al número 56 22 01 27 ó 31, también puedes escribir al correo