Investigadora dedicada al estudio de las células beta pancreáticas –encargadas de sintetizar y secretar la insulina–, y de cómo las que son “normales” se “descomponen” para producir diabetes mellitus, Marcia Hiriart Urdanivia, directora del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, fue aceptada como académica numeraria de la Academia Nacional de Medicina de México.
La destacada científica ha estudiado qué sucede si el azúcar entra a la célula beta, cuáles son las modificaciones que ocurren intracelularmente y en la membrana para que la glucosa estimule la secreción de insulina.
Eso, que suena muy sencillo, no lo es. Por ejemplo, se registran “cambios de permeabilidad de las células, a través de unas proteínas llamadas canales iónicos”.
En los últimos tiempos, la universitaria ha estudiado un modelo de animales, a los cuales suministra agua de uso con azúcar. “Después de muy poco tiempo de tomar ese líquido, equivalente a los refrescos que los humanos consumimos, las ratas engordan, sobre todo, en el perímetro abdominal (la ‘panza’), les sube la presión arterial, presentan hipertrigliceridemia (exceso de triglicéridos) e hiperinsulinemia (o aumento de la secreción de insulina), es decir, presentan síndrome metabólico”.
Ello “nos interesaba mucho porque se ha visto que la hiperinsulinemia es un fenómeno previo a que suceda la diabetes. Se afirma que si se estimula de forma continua a las células beta, se ‘agotan’ y entonces viene la enfermedad”.
De ese modo, Hiriart y su equipo tratan de descubrir qué cambios tienen en el proceso de síndrome metabólico “nada más por el hecho de tomar endulzante”.
La universitaria recordó que en México y el mundo hay una epidemia de obesidad; pero es de acuerdo con los genes que se propicia el padecimiento, o sea, hay poblaciones que engordan mucho, y no se enferman de diabetes, “pero nosotros, los mexicanos, tenemos el problema de que poseemos combinaciones genéticas que nos hacen más sensibles a desarrollarla”.
Es interesante estudiar en ratas, donde no hay más variación que la dieta, consideró. Lo que se ha visto es que si hay suministro de endulzante se desarrolla el síndrome, pero sin diabetes. Al medio año, la glucosa ya es más alta, pero la hiperinsulinemia empieza a disminuir.
Queremos conocer, añadió, si eso implica que las células beta se empiezan a “agotar”. Éste es el trabajo que realizamos en este momento, junto con la observación de lo que les ocurre en condiciones tan ricas de azúcar, en sus canales de calcio y potasio, sus transportadores de glucosa.
Es probable, aseguró, que podamos encontrar otros elementos que permitan combatir el síndrome metabólico y, tal vez, la diabetes, así como entender cómo se produce el mal y la fórmula para atacarlo, sostuvo.
Por su práctica profesional sobresaliente en calidad y actividad institucional, docente y de investigación, respaldada por las publicaciones científicas y académicas, entre otros méritos, la médica cirujana de formación fue aceptada como académica numeraria por el Departamento de Biología Médica en el área de Fisiología de la Academia, hecho que para ella representa motivo de gran alegría.
“Para mí es un honor que me hayan aceptado; trataré de participar en las actividades. Espero que la agrupación se vea enriquecida con mi entrada y contribución; además de que se incrementa el número de mujeres que la conforman”. Asimismo, finalizó Hiriart, se abre la posibilidad de estar al lado de colegas “de quienes tanto puedo aprender”.