De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 12 por ciento de la población en México, entre los 20 y 80 años, es diabética; somos el país afiliado a este organismo internacional con mayor número de individuos que registran este padecimiento.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el planeta existen 250 millones de personas con esta enfermedad, y que más de 300 millones están en riesgo de adquirirla.
En nuestro territorio, la principal complicación vinculada a la defunción de estos pacientes es la renal (43.2 por ciento), seguida de las vasculares (7.3 por ciento), la cetoacidosis (cuatro por ciento) y el coma (2.3 por ciento), refirieron expertos en el Primer Congreso Internacional Ciencia e Innovación en Diabetes, 2012, organizado por la Facultad de Medicina (FM), la Coordinación de la Investigación Científica, el Conacyt y la organización Iniciativa para la Diabetes (INPADIA)
Es una enfermedad crónico degenerativa, con pronósticos poco favorables para la población mexicana, pues influyen factores sociales y hereditarios que propician su aparición.
Es considerada una de las principales causas de atención médica en consulta externa y de hospitalización. Por lo general, la diabetes tipo 1 es hereditaria, e implica que existe muy poca o nula producción de insulina, por lo que se tiene que suministrar al paciente.
En el país se han difundido recomendaciones para disminuir los riesgos. De acuerdo con lo planteado en el Programa Nacional de Salud 2007-2012, es una afección de muy alta prevalencia y un reto que enfrenta el sistema nacional de salud, señaló Enrique Graue Wiechers, director de la FM.
El objetivo del congreso, prosiguió, es acercar a la comunidad estudiantil, académica, científica, médica, asistencial, empresarial, y a la sociedad en su conjunto, a la información y debate sobre hallazgos biológicos, biomédicos, ambientales y sociales, relacionados a los factores como obesidad, síndrome metabólico y diabetes, así como sus complicaciones y secuelas.
En la Torre de Ingeniería de la UNAM, informó que, como media, siete de cada 10 personas que padecen diabetes en México mueren antes de cumplir la edad promedio, y recordó que la tasa de mortalidad observada por diabetes mellitus en 2010, fue de 71 por cada 100 mil habitantes.
Por ello, añadió, esta casa de estudios, a través de la facultad, “realiza esfuerzos en la construcción de estrategias institucionales para el estudio de este padecimiento, que ofrezca una alternativa viable con aportes científicos, encaminados a la búsqueda de nuevos paradigmas de control y tratamiento”.
La FM, recordó, es parte de la Red de Investigación Europea-Latinoamericana en Microangiopatía Diabética donde trabaja en conjunto con las universidades de Groningen y Heidelberg, en Alemania, y la Universidad Andrés Bello, de Chile.
Por su parte, el coordinador de la Investigación Científica, Carlos Arámburo de la Hoz, coincidió en que la enfermedad es “uno de los principales problemas de salud que enfrenta el país, aunque a nivel mundial también representa un reto importante”.
Debe verse de manera multi, inter, e incluso transdisciplinaria. “Hay que estudiarla biológica y genéticamente, entenderla desde el punto de vista social, económico, psicológico, educativo y de actividad física, pues tiene impactos sobre la familia y la sociedad”.
A su vez, Alberto Lifshitz, secretario del Consejo de Salubridad General y fundador de la Academia Nacional de Educación Médica y de Iniciativa para Diabetes, consideró que el congreso fue planeado para que ahí surjan propuestas y puedan instrumentarse políticas públicas.