De acuerdo con diversos análisis, los altos decibles tienen efectos negativos en el ámbito laboral y merma el rendimiento de los empleados.
“En cualquier área de trabajo, sea manual o intelectual, un nivel alto de ruido afecta memoria y atención, lo que hace que disminuya la capacidad de producción”, afirmó Cesáreo Estrada Rodríguez, especialista de la UNAM.
Además, trae consigo consecuencias fisiológicas. Está ampliamente documentado que si una persona se expone a altos niveles mientras duerme, la calidad de sueño será pésima.
“Aunque no nos demos cuenta, el organismo está en funcionamiento aún si dormimos. El oído es el único que permanece alerta todo el tiempo, y aunque pretendamos ignorarlo, el ruido penetra y nos afecta”, explicó.
También, esa exposición ocasiona efectos crónicos en la audición. “Se pierde paulatinamente el sentido del oído, según el tiempo y el volumen de los sonidos. En un proceso natural de degeneración, se deteriora con la edad, y si a ello se suma el ruido, las dificultades aparecerán más rápido”, indicó.
En relación con el área de la salud, afecta especialmente la activación fisiológica, lo que puede convertirse en un indicador de estrés.