El origen de algunas de las enfermedades autoinmunes ha sido posible determinarlas, pero el de otras aún sigue siendo desconocido. Tal es el caso de la artritis reumatoide y el lupus eritematoso generalizado, padecimientos en los que nuestro sistema inmune, que nos protege de las enfermedades, se vuelve en contra nuestra y ataca tejidos propios.
Determinar la causa de estas afecciones ha sido crucial para poder retrasar su desarrollo o generar blancos terapéuticos dirigidos a combatirlas. En este rubro el doctor José Francisco Muñoz Valle, investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, analiza el ADN de pacientes con estos padecimientos para encontrar marcadores genéticos de susceptibilidad que ayuden a la identificación temprana de enfermedades autoinmunes.
“Hasta ahora hemos hallado un marcador genético de susceptibilidad para artritis reumatoide, lupus eritematoso generalizado y artritis psoriásica, se trata de dos polimorfismos ubicados en el gen que codifica para una citocina llamada MIF, el factor inhibidor de la migración de macrófagos. MIF es una citocina pro-inflamatoria producida principalmente por macrófagos, un tipo de leucocito responsable de la defensa del organismo en contra de microorganismos que pueden ser causa de enfermedad. Aunque el MIF también puede ser producido por otras células del sistema inmune”, explicó el investigador.
La importancia de la molécula de esta citocina es que induce la producción del factor de necrosis tumoral alfa -TNF alfa, una importante citocina involucrada en el proceso inflamatorio de las etapas establecidas de la enfermedad-, por lo que determinar los niveles sanguíneos del MIF podría ser un marcador clínico del padecimiento y de la severidad con la que la cursan los pacientes con artritis reumatoide.
A través de un estudio realizado en 2012 con enfermos de artritis reumatoide en distintos tiempos de evolución de la enfermedad, los investigadores del grupo de trabajo del doctor Muñoz observaron que los niveles de esta citocina eran más altos en las primeras etapas de la misma. “Esto nos indica que en etapas iniciales del padecimiento existe un incremento de la citocina, pero mientras la enfermedad evoluciona los niveles de citocina tienden a disminuir. La citocina MIF es la primera en aparecer, después induce la expresión de otras citocinas inflamatorias, en particular el TNF alfa, la cual se observa incrementada en pacientes con artritis establecida”, indicó José Francisco Muñoz.
Estos resultados llevaron a los científicos a evaluar si esta molécula está aumentada en etapas tempranas de la enfermedad con el objetivo de poder determinar si es un marcador clínico y de susceptibilidad genética. Para ello, tomaron muestras de sangre de pacientes con artritis reumatoide y de individuos sanos para analizar el ADN, lo que permitió identificar dos variantes genéticas como promotoras del gen MIF a través de la técnica de PCR –reacción en cadena de la polimerasa- con la posterior utilización de enzimas de restricción y de secuenciación de las muestras para asegurarse de que las variantes genéticas estaban presentes en el ADN.
“Nuestro interés ha sido estudiar el componente genético como factor de riesgo para las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide en zonas particulares como el occidente de México, esto debido a que en el país tenemos diferencias en el componente genético con distintos grados de mestizaje según la zona geográfica, por ello debemos tener cuidado en definir cuáles podrían ser marcadores genéticos de susceptibilidad para enfermedades crónicas. En los criterios de selección de los pacientes se incluyó el que hayan vivido al menos tres de sus generaciones en el occidente mexicano, con apellidos derivados del castellano, que fueran mayores de 18 años, entre otros”.
José Francisco Muñoz Valle sostuvo que hasta ahora se han identificado dos marcadores de susceptibilidad genética para enfermedades con un fuerte componente autoinmune, los cuales se encuentran en la región promotora del gen MIF y que se han relacionado con susceptibilidad a enfermedades como artritis reumatoide, lupus y artritis psoriásica en población del occidente de México.
El grupo de trabajo en inmunogenética funcional dirigido por el especialista en biología molecular está tratando de determinar si estos marcadores genéticos podrían conferir un riesgo similar para el sur y norte del país similar al que encontraron en la población del occidente. “Recientemente iniciamos una colaboración con investigadores de universidades del sur para hacer la búsqueda de estos marcadores genéticos. La intención es que nosotros podamos, en algún momento, identificar si estos marcadores son representativos para una zona o si lo son para toda la población del país”.
Por esta investigación y sus contribuciones al campo de la genética de poblaciones e inmunología molecular, el doctor José Francisco Muñoz Valle recibió el Premio de la Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias 2014, en el área de ciencias naturales.
“Es un gran orgullo y un compromiso que me hayan distinguido con el Premio de la Investigación. Uno de los aspectos que quiero resaltar y me enorgullece es que la mayoría de las investigaciones que he realizado en mi corta trayectoria las he hecho en instituciones mexicanas, eso es importante porque creo que lo que debemos hacer como profesores e investigadores es despertar el interés de los estudiantes desde la licenciatura para que realicen investigación en nuestro país y tengan la experiencia de estar por periodos cortos o largos en el extranjero, pero que regresen y hagan investigación en México. Estoy totalmente convencido de que eso es lo que coloca en buena posición a nuestro país frente al mundo”.
Manifestó que el interés científico se aprende y fomenta, por ello no dudó en reconocer que un paso definitivo en su carrera fue haber participado en los distintos programas que promueven y acercan a los jóvenes a la ciencia, como el Verano de la Investigación Científica de la AMC y el Verano de la Investigación Científica y Tecnológica del Pacífico, donde experimentó por primera vez el mundo de la investigación cuando cursaba sus estudios universitarios.