El alcohol puede causar niveles bajos de azúcar en la sangre hasta 24 horas después de su ingesta.
Para mantener los niveles estables del azúcar en la sangre, se recomienda comer algo antes o mientras estás bebiendo.
No obstante, algunos medicamentos para la diabetes podrían no combinar bien con el alcohol, ya que reducen el azúcar en la sangre dando lugar a efectos secundarios peligrosos.
Uno de estos medicamentos es la “metformina”, que se relaciona con un efecto secundario poco frecuente, pero potencialmente grave cuando se ha estado bebiendo en exceso.
Esto provoca una acumulación de ácido láctico en la sangre dando como resultado náuseas y debilidad.
Los fármacos utilizados para tratar la diabetes, como la clorpropamida y otras sulfonilureas, también pueden interactuar ocasionalmente con el alcohol causando mareos, náuseas, enrojecimiento en la cara y muy bajos niveles de glucosa en la sangre.