La mujer siempre debe satisfacer a su compañero sexual.
"Este es un viejo mito machista, una creencia antigua, digna de una cultura 'falocéntrica' que suele llenar a las mujeres de obligaciones e inseguridad invitándolas a aceptar una sumisión absoluta en materia sexual.
Haciéndoles creer que no importan sus necesidades y sus derechos e impidiéndoles pedir a sus compañeros lo que necesitan o desean para satisfacer su sexualidad.
Esta idea las obliga a vivir su sexualidad como algo opresivo, impidiendo un desempeño normal. La satisfacción sexual es responsabilidad de ambos integrantes de la pareja y de ninguna manera puede cargarse sobre las espaldas de uno solo de ellos (en este caso la mujer), semejante exigencia".