La sexualidad femenina se debilita o termina con la edad y la menopausia.

En nuestra cultura judeo-cristiana y en muchas otras, la sexualidad de la mujer era valorada por su función reproductiva, como si esta fuera la única función de su sexualidad.

Esta misma idea ha sido responsable de fijar un concepto equivocado en muchas mujeres hasta el día de hoy, haciéndoles pensar que con la llegada de los hijos, la edad o el entrar en la fase premenopáusica deberían dar por finalizada su vida sexual.

Si bien es cierto que se producirán cambios fisiológicos importantes con la llegada de esta etapa y estos cambios podrían hacer molesto o doloroso el coito en algunos casos, no existe ninguna razón para renunciar a la sexualidad.

Los cambios pueden ser salvados o modificados con la administración de hormonas estrogénicas, lo cual puede hacerse por distintas vías (vaginal, oral o los llamados parches), así como por medio de la medicina naturista con la administración de un preparado fitoterapeutico (Tintura Madre) a base de Cimicifuga racemosa, junto con otras plantas afines.

La sequedad vaginal (responsable en algunos casos del dolor durante el coito: "dispareunia") es solucionable con la utilización de un buen lubricante íntimo de tipo acuoso y el alargamiento de los tiempos dedicados al juego previo.

No existe ningún motivo para la disminución del apetito sexual de la mujer. Incluso ni la extirpación de los ovarios o la histerectomía (extirpación del útero), así como la menopausia pueden terminar con el deseo femenino y su actividad sexual.

Es más, no son pocas las pacientes que reconocen durante la consulta un aumento de su deseo sexual en esta etapa, al no estar ya presionadas por el miedo a un embarazo no deseado. Además de sentirse liberadas de las obligaciones sociales anteriores o la crianza de los hijos, se sienten mas libres de disfrutar y expresarse con sus parejas. Tomando de esta manera una nueva dimensión su sexualidad, permitiéndoles una mayor apertura mental y disfrute..