Los embutidos son alimentos de agradable sabor, podemos encontrarlos prácticamente cualquier supermercado, mercado o miscelánea.
¿Quién no ha degustado una rica botana acompañada de salchichas? Rico, ¿no?
Claro, es cierto que estas delicias representan una forma muy práctica para comer carne preparada de una manera rápida.
Recurrimos a ellos para los almuerzos o meriendas y, de alguna forma, tenemos la percepción de que son saludables.
Sin embargo, no es así. Al contrario. Es importante que este tipo de alimentos los mantengamos al margen de nuestra dieta diaria. Sería importante detenernos a analizar la composición de la mayoría de estos productos.
Los embutidos como las salchichas, jamones y tocino, son alimentos que se obtienen a partir de la transformación de las carnes, a las cuales se les agregan grasas animales, harinas, legumbres, sales, aromatizantes, colorantes y otros aditivos.
Contienen altas cantidades de grasas (en promedio 69%), principalmente saturadas, y de colesterol (entre 45 y 100 mg. -comparado con otras carnes que pueden contener únicamente entre 58 y 79 mg.-).
Además, contienen incluso microorganismos que pueden causar algunas enfermedades, de ahí que se sugiere moderar o limitar su consumo.
No podemos negar que los embutidos son muy ricos, pero existen estudios que confirman que su consumo puede afectar seriamente nuestra salud, entre otras cosas:
• Pueden dañar nuestro corazón e hígado.
• Elevar nuestros niveles de azúcar.
• Dañan nuestra piel.
• Por su elevado contenido de sodio, pueden afectar nuestra presión.
• Elevan los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre.
• Evitar que el ácido úrico esté en niveles adecuados.
• No son la mejor fuente de proteína.