Nuestro cerebro tiene cientos de millones de neuronas conectadas entre sí. A través de ellas, las señales de información fluyen masiva y simultáneamente en muchas direcciones.

¿Cómo se generan el pensamiento, las emociones y las acciones en nuestro complejo cableado neuronal? Para dar respuesta a esta pregunta, los neurocientíficos han tenido que estudiar primero la dinámica entre neuronas.

Kjell Gunnar Fuxe es un neurocientífico sueco que ha hecho importantes contribuciones a este campo de investigación. Su trabajo ha servido de base para el entendimiento de la comunicación entre neuronas en el sistema nervioso central de los mamíferos, lo cual ha contribuido al desarrollo de estrategias de tratamiento para enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el Parkinson y la esquizofrenia.

El investigador está adscrito al Instituto Karolinska, en Suecia, y forma parte del comité de mismo instituto, encargado de otorgar el Premio Nobel en Medicina. El próximo martes 7 de mayo, Fuxe ingresará como Miembro Correspondiente a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en una ceremonia que se realizará en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM (IFC) en punto del mediodía.

El cerebro, un órgano complejo

La transmisión de la información de una neurona a otra depende de la liberación en estas células de unas sustancias llamadas neurotransmisores. En nuestro cerebro existen distintos tipos de estos mensajeros químicos y cada uno regula determinadas funciones de nuestro cuerpo. Algunos se relacionan, por ejemplo, con el movimiento muscular, otros con nuestro estado de alerta y algunos más afectan nuestras emociones o el sueño.

Antes de la década de los 70 del siglo pasado, se desconocía qué grupos de neuronas producían cierto tipo de neurotransmisor y en qué regiones del cerebro se distribuían, comentó el doctor Miguel Pérez de la Mora, investigador del IFC y anfitrión de Fuxe en la AMC. Pero gracias al desarrollo de novedosas técnicas de histofluorescencia, en el que participó el científico sueco, fue posible describir a más detalle esta variedad anatómica del cerebro, dijo.

En particular, Fuxe y sus colegas, fueron los primeros en identificar y mapear a las neuronas que liberan dopamina (un neurotransmisor). Sus trabajos condujeron al descubrimiento de un sistema de comunicación conocido como “vía nigroestriada”, a través del cual se transmite la dopamina de una región del cerebro a otra, y participa en el control motor.

Dichos hallazgos, asegura de la Mora, constituyeron las primeras pistas para entender cómo se desarrolla la enfermedad de Parkinson. “Los científicos comenzaron a proponer que el padecimiento se originaba porque las neuronas dopaminérgicas (es decir, las neuronas cuyo neurotransmisor primario es la dopamina) estaban destruidas. Esto fue vital para desarrollar la terapéutica actual”, afirmó.

Fuxe también contribuyó a proponer que además de la comunicación puntual entre las neuronas, es decir, la que ocurre entre aquellas que son vecinas, existe otro mecanismo conocido como transmisión “por volumen” mediante el cual el neutrotransmisor se difunde en el medio extracelular y puede actuar sobre neuronas distantes con las que hay conexión.

Las aportaciones de Fuxe en el campo de las neurociencias son muchas, comentó su anfitrión; sus investigaciones han dado pistas para tratar la esquizofrenia  y han permitido entender el mecanismo de acción de muchos fármacos que se utilizan en la clínica, por mencionar algunas.

Un sueco fuera de lo común

Con sus más de setenta años, Fuxe es ahora profesor emérito del Instituto Karolinska, sin embargo, su actividad científica no ha cesado. Ya no tiene alumnos suecos bajo su custodia, pero continúa asesorando a jóvenes estudiantes extranjeros, en los últimos dos años publicó alrededor de una veintena de trabajos y organizó dos congresos, aseguró su anfitrión.

Es un científico muy prolífico, agregó, que ha publicado más de mil 500 estudios publicados en las más prestigiosas revistas de neurociencias, altamente citados alrededor del mundo.

Pérez de la Mora, conoció al científico sueco hace varios años cuando fue a Suecia para realizar sus estudios de posgrado y desde entonces no han dejado de trabajar juntos. “Fuxe es un hombre muy inteligente que tiene un conocimiento del sistema nervioso muy claro. Es muy colaborativo y siempre está dispuesto a participar en proyectos”, comentó.

Los suecos tienen fama de ser introvertidos y tímidos, pero él es una persona completamente extrovertida, entusiasta y estimulante con quien resulta muy agradable platicar, agregó.

En México, participa desde el 2004 como evaluador externo de IMPULSA, un proyecto de la UNAM destinado a desarrollar tratamientos para la enfermedad del Parkinson y colabora con científicos mexicanos de otras dependencias.

De la Mora considera que el ingreso del destacado neurocientífico a la AMC abre la posibilidad de que participe en el desarrollo de científicos mexicanos y así se fortalezcan los vínculos académicos entre Suecia y México.