¿Quiere curarse el susto o espanto, la muina o necesita un remedio para los nervios? Un tecito de toronjil le puede ayudar. Puede ser del morado, blanco, de monte, el chino o una mezcla de ellos.

“Según una de las tantas recetas etnobotánicas, un té de tres toronjiles, que se prepara con el blanco, el rojo y el chino, es un remedio contra el espanto, la muina o los nervios”, indicó Mariano Martínez Vázquez, del Instituto de Química (IQ). “Además, de esta manera juntaríamos una serie de flavonas glicosiladas de las tres especies”.

Ahora bien, ¿con esta mezcla habría una sinergia o un índice de toxicidad? “Son preguntas que tenemos que responder, aunque aparentemente no, porque hasta hoy no se sabe de algún caso. Por lo tanto, se podría afirmar que al menos no hay efectos toxicológicos visibles, pero habría que comprobarlo”, dijo el investigador.

En general, tiene a su favor que ha sido utilizado por años, en algunos casos siglos y eso le otorga cierta seguridad farmacológica.

Las plantas en México tienen un uso cultural y social; desde una perspectiva occidental, las enfermedades etnobotánicas no son fácilmente comprensibles, porque ¿qué significa curar el “susto”, por ejemplo, o simplemente qué es el “susto” o la “muina”?, preguntó Martínez Vázquez.

“Dentro de la herbolaria tradicional hay muchos toronjiles, pero nosotros hemos trabajado con cuatro especies: el blanco, el morado, el chino y el de monte, que la medicina tradicional recomienda contra lo que conocemos como enfermedades etnobotánicas”, abundó.

En el laboratorio se ha observado que la mayor parte tiene efectos sedantes en ratones, les induce el sueño, “andan como borrachitos, pero no dan señas de que desaparezca la ansiedad”.

Ahora bien, es difícil distinguir entre un efecto sedante y uno ansiolítico en ratones. En pruebas conductuales con estos animales, no encontramos efectos ansiolíticos ni antidepresivos, “pero no podemos extrapolar los resultados a los humanos, sino sólo guiarnos para estudiar los efectos de estas plantas”, explicó.

En los análisis químicos, los investigadores encontraron que la mayor parte de los extractos activos contienen glicósidos de flavonoides o flavonas con residuos de azúcares. Aunque entre ellos hay diferencias estructurales, en términos generales la característica de los componentes químicos de los extractos activos son las flavonas unidas a azúcares.

“Es importante mencionar que hay variaciones en la concentración de los principios activos, incluso en plantas de la misma especie, según la temporada y el lugar donde crezca, por ejemplo”.

Efecto relajante

Los toronjiles son especies utilizadas en la herbolaria mexicana por su fragancia y colores, que son muy llamativos. El aroma lo dan los aceites esenciales volátiles, generalmente mezclas de monoterpenos con un olor atractivo para el ser humano.

Los aceites esenciales suelen tener un efecto tranquilizante, por lo que son empleados en lo que se conoce como aromaterapia y en los masajes relajantes. Generalmente, se usa una mezcla de un aceite de diferentes plantas, entre las cuales está el toronjil.

Durante la preparación de un té de hojas y flores de toronjil morado, sobre todo, se despide un aroma agradable. “Los aceites llegan de forma directa al cerebro y empieza el efecto relajante, que se refuerza con el té, porque interviene otro tipo de metabolitos, los glicósidos y las flavonas”, refirió.

Por una parte trabajan los aceites aromáticos y, por otra, las flavonas, que se extraen de la planta generalmente con el agua hirviente con la que se prepara el té.

“En el Instituto de Química no se practica este tipo de experimentos, por lo que todos los trabajos de investigación los hacemos en colaboración con Rosa Estrada Reyes, del Instituto Nacional de Psiquiatría”, señaló.

Con ello, se pretende encontrar el camino por el que actúan estos compuestos; hasta hoy, los resultados indican que podría ser la vía gabaérgica. “El ácido gamma-aminobutírico (GABA, por sus siglas en inglés) es un neurotransmisor, por lo que ésta podría ser la ruta de entrada. Pero es necesario hacer más experimentos”.

Desde el punto de vista académico, es importante saber cuál es la senda, pero también exploramos la posibilidad de desarrollar un fármaco a partir de los toronjiles. Hasta hoy tenemos resultados parciales interesantes.

En otra etapa se comprobaría si la vía gabaérgica altera la presencia o la falta de otros neurotransmisores, como la serotonina, o su incremento o disminución.

“Tenemos que averiguar si inhibe, privilegia o es independiente de la recaptura de serotonina. Todo esto a partir de una planta utilizada en la herbolaria tradicional”, finalizó el investigador universitario.