Es importante que los padres de familia lleven a consulta médica a sus hijos ante la presencia de síntomas recurrentes que no se resuelven después de un tratamiento médico, aseguró Rocío Cárdenas Cardóz, jefa del Servicio de Oncología del Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud.
Resaltó que si los niños tienen síntomas como dolor de cabeza o de huesos, sangrado, sudoración nocturna, disminución de peso, náusea y vómito sin causa aparente y de manera frecuente, hay que llevarlos al médico para hacer las intervenciones oportunas, los estudios de imagen y laboratorio.
Otros cambios que tienen los niños con sospecha de cáncer son la palidez extrema, retroceso neurológico o falla escolar, porque cuando se trata de un tumor cerebral afecta el desarrollo neurológico, “y pacientes que ya caminaban, dejan de hacerlo”.
El cáncer infantil es la segunda causa de enfermedad y muerte en personas de cinco a 15 años de edad, y el más frecuente es la leucemia linfoblástica aguda, seguido de los tumores del sistema nervioso central, linfoma, tumores sólidos de riñón y Wilms, osteosarcomas y sarcomas de partes blandas.
La especialista afirmó que es difícil prevenir el desarrollo de cáncer infantil, sin embargo, con una detección temprana hay 70% de posibilidades de curación en promedio, sin embargo, algunos pacientes tienen hasta 98%.