*No hablan claro el presidente y el titular de Hacienda

La desaparición de los fideicomisos replanteará un paso más en la escalada destructiva de nuestras instituciones y continuaremos con el despilfarro de los ahorros que había realizado la sociedad en los últimos años.

Los costos de la pésima política de desarrollo económico y gestión de las finanzas públicas se quieren cargar a instituciones que no tienen ninguna culpa de no ser parte de las prioridades del Ejecutivo federal.

En este marco acuso al presidente y al secretario de Hacienda, Arturo Herrera de no hablar claro. Ellos saben, desde el segundo trimestre que se cayeron los montos de recaudación. Saben que este desplome se consolidará en los informes del tercero y cuarto trimestres; que no se alcanzarán los montos establecidos en la Ley de Ingresos y, mucho menos, se podrá atender el presupuesto determinado para este 2020.

Advertimos que, incluso, a Morena y sus aliados que, debido a este error que pretenden consumar, nos vamos a volver a reunir a mediados de año para reconocer que, de nueva cuenta, las estimaciones de ingreso y presupuesto no se van a cumplir; pero para entonces ya no habrá fondos de estabilización. No habrá guardaditos para atender las urgencias. ¿Y de dónde vamos a poder solventar las exigencias?

Está claro que no hay ninguna demanda de corrupción en ningún fideicomiso de todos los que existen en este momento. El INAI, que es la institución obligada a recibir las referencias del Estado, de la administración de los fideicomisos para cualquier duda, aclaración ¿cuántas solicitudes de información ha respondido en el último año?

¡12 mil 532 solicitudes, y se han respondido 12 mil 499! ¡El 98 por ciento! ¿Dónde está la opacidad? ¿Dónde está la corrupción?

¿Dónde está esta insistencia de que son “figuras que ocultaban, que eran “expresiones de corrupción y que mejor este recurso debe dedicarse a la crisis sanitaria?

La pregunta que también se hace: ¿Dónde está establecido que estos recursos van a ir a atender el problema sanitario? La iniciativa no prevé ningún lineamiento ni reglamento para el uso del dinero, ni mucho menos para su rendición de cuentas.

No se engañen. Hay una bolsa para ser manejada de manera discrecional. Sólo el presidente sabe cómo hará uso de esos 70 mil millones de pesos. Serán manejados, sin duda, con mayor opacidad, mayor discrecionalidad, mayor arbitrariedad de lo que acusan a los fideicomisos.