*Políticas por la mujer se deben reflejar en el presupuesto

No se logrará la paridad en el país, si no se toman medidas claras sobre el tema de los cuidados y el tiempo. Requerimos que nos dejen de ver como la mujer que tiene dos responsabilidades en la vida y esto les impide desarrollarse plenamente.

Por ello pugnamos por dar la batalla para que las políticas públicas a favor de las mujeres se vean reflejadas en el presupuesto, no podemos permitir que el PEF 2020 no tenga como uno de sus ejes fundamentales los temas que nos darán la plena igualdad entre hombres y mujeres; eso cruza, necesariamente, por el tema laboral, de la brecha salarial, de los cuidados y de la salud; las mujeres lo queremos todo y ya.

El reconocimiento constitucional del derecho al tiempo y al cuidado es un asunto de justicia social. Hablar de esas garantías, es referirse a la distribución de la riqueza. Se necesita un marco jurídico que reconozca esos derechos, que garantice la obligatoriedad y el cumplimiento del Estado en su corresponsabilidad, y se requiere un presupuesto digno y políticas públicas que permitan acceder a los mismos.

La economía del cuidado es una prueba de fuego a la democracia, y la discusión de cómo abordarlo no debe ser desde la vida privada o como monopolio de las mujeres, sino en la responsabilidad familiar, social, empresarial, estatal y convertirse en un derecho humano fundamental.

Reconocerlo en la Constitución es fortalecer la democracia, pues quien cubre dos puestos de trabajo en dos espacios distintos, como las mujeres, se les hace imposible alcanzar una posición política limitando la paridad y su propio desarrollo.

La verdadera paridad no solamente se logra con alcanzar la mitad de los cargos; hace falta una repartición más equitativa entre hombres y mujeres en todas labores, incluyendo las domésticas y las tareas de cuidado.

El trabajo y tiempo que dedican las mujeres en las tareas del cuidado representan un ahorro de recursos para los hombres, los libera de la responsabilidad y les permite disponer de tiempo libre para actividades de participación social o política, pero ¿las mujeres?

Por ello planteamos una política integral de cuidados que involucre a la ciudadanía, al sector privado y a todos los órganos y niveles de gobierno desde una perspectiva de género y un enfoque de respeto a los derechos humanos.

Es inaplazable legislar para contar con un sistema nacional público integral de cuidados; vamos por su reconocimiento, pero debemos visibilizar que tenemos un problema de desigualdad entre hombres y mujeres en materia laboral.

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