*Indígenas y discusiones bizantinas
Ahora que prácticamente ya se celebra la nueva composición de la “podrida” Suprema Corte de Justicia de la Nación y que encabeza las preferencias para presidirla un señor de nombre Hugo Aguilar Ortíz, a quien nos presentan como “el abogado mixteco originario de Oaxaca” y desde el lunes señalan su origen indígena como un distintivo con el que nuevamente la 4T pretende deslumbrar al mundo entero.
Pero precisemos: ¿Qué importa que la presidente sea de origen judío a la hora de ejercer el cargo? ¿En qué nos ha beneficiado o perjudicado eso?¿Por qué fue motivo de burlas y de sorna Xóchitl Gálvez, por su origen Otomí que incluso fue puesto en tela de juicio y se llegó a calificar de impostura? ¿Aguilar Ortíz sólo juzgará asuntos indígenas y los demás ministros se someterán a sus órdenes?
Creo que como pésima costumbre, esta nueva administración se esmera en demostrar que no sabe cómo ni por dónde entrarle en todo lo que debería de al menos conocer ya los aspectos básicos.
Para que no nos sigan desorientando, no está de más recordar que según el INEGI en 2020, un total de 23.2 millones de personas de 3 años en adelante se identificaban como indígenas en México, lo que equivalió al 19% de la población*.
Dicho en otras palabras; los indígenas son un componente importante del país, pero no son, no han sido ni serán el factor determinante del rumbo del país en el siglo XXI y mucho menos por las ocurrencias románticas de cuatro o cinco cretinos que asesoran en los altos mandos del país.
El “indio bueno”, “el pastorcito de Guelatao” al igual que el señor “Tizoc” y la “Niña María” sólo forman parte de la melancolía nacional por tiempos idos hace muchos, muchos años, al igual que Cantinflas u otros personajes ya legendarios.
Tal y como señaló Mario Moreno Reyes en Acapulco durante el “Primer Encuentro Mundial de la Comunicación” en 1974: “Cantinflas despareció junto con la modernización y las costumbres de la ciudad que lo creó” el pícaro hombre de los barrios de la capital “no fue invento de nadie existía en las calles”.
Como ya lo hemos dicho en múltiples ocasiones a los indígenas sólo los ocupan de relleno en actos políticos, de reparto de programas de vivienda (antes era de tierras hasta que se acabó la reserva), de becas, para inaugurar clínicas, hospitales, carreteras, caminos vecinales, programas de vacunación, o como parte de la escenografía para fotos sobre los acuerdos sobre programas de gobierno tal y como los utilizó el señor Adelfo Regino Montes y el ya citado Hugo Aguilar Ortíz quienes encabezaron las consultas indígenas para la construcción del Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Mismas que se caracterizaron por violar sistemáticamente el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que es donde se encuentran los fundamentos y lineamientos para la Consulta Indígena, la cual en el caso de México es vinculante a la hora de celebración de acuerdos con las comunidades.
Además, agregaremos al palmarés del flamante Ministro que conforme a la ONU-DH; las consultas a las comunidades indígenas no cumplieron con los estándares internacionales de derechos humanos. La organización señaló que la decisión de las comunidades no fue libre, ya que se reportaron presiones institucionales, incluyendo la presencia de elementos del Ejército.
A pesar de las observaciones, las autoridades federales aseguraron que las consultas se realizaron de forma democrática y transparente con las comunidades indígenas.
Ministros Nailon
Y finalmente el miércoles 4 de junio, un día después de que se definan las votaciones para la elección de ministros de la SCJN, se fijó una audiencia con un juez federal en Yucatán para determinar si se concede la suspensión definitiva que frene las obras del Tramo 5 del Tren Maya, uno de los tramos más cuestionados por su impacto ambiental.
La decisión provendrá de un juicio de amparo promovido por la organización Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS), que busca proteger la selva de la Riviera Maya.
DMAS argumenta que la construcción está provocando una “destrucción irreversible” del ecosistema, incluyendo cenotes y ríos subterráneos. Asimismo sostiene que no se han cumplido con los procedimientos ambientales exigidos por la ley, ni con el principio de precaución que debe regir ante daños al medio ambiente.
El gobierno federal ha defendido el proyecto, asegurando que cuenta con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción del Tren Maya y con medidas de mitigación, aunque organizaciones civiles y ambientalistas cuestionan la validez de estos estudios**.
Para comprobar que en este país no nos ponemos de acuerdo siquiera con lo que realmente es un (a) indígena no dejó de sorprenderme en un artículo publicado en el periódico El País (09/97/2023) donde descubrí que “Xóchitl Gálvez es un anfibio, como solo pueden serlo quienes se han criado en un pueblo y viven en la ciudad”***.
En las épocas de mi papá a los campesinos que no sabían trabajar la tierra y solo eran los propietarios de las fincas les decían campesinos nailon o nilón.
Así que no sé cómo vaya a terminar el caso del tal Hugo Aguilar Ortíz, pero desde ahora ya sabe usted que hemos llegado al momento en que estamos por estrenar una nueva especie de ministros sin carrera judicial que serán mejor conocidos como los Ministros Nailon.
*https://beta.cuentame.inegi.org.mx/explora/poblacion/pueblos_indigenas/
**https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/eleccionjudicial/2025/06/03/elecciones-judiciales-como-colaboro-hugo-aguilar-ortiz-
***https://elpais.com/mexico/2023-07-09/xochitl-galvez-la-candidata-anfibia-que-se-crio-entre-una-familia-progresista