Mucho se ha comentado en los desayunaderos políticos las declaraciones que hicieron, en forma orquestada, la presidenta de la República y su secretaria de Gobernación, un día después de las elecciones para la renovación del Poder Judicial y ha desatado severos juicios por la superficialidad con que fueron proyectadas…
Veamos por qué. Por un lado, Claudia Sheinbaum Pardo salió a su mañanera el pueblo a decir textualmente que fue un proceso electoral único en el mundo…
Pero lo externó escenificando, con ademanes de burla dedicada a sus acérrimos enemigos políticos, un acto de engrandecimiento, a más no poder, todo lo ocurrido en las urnas, y con ese mismo ánimo triunfalista dijo, en tono pausado para hacer más notable su actuación, que además fue inédito, impresionante, maravilloso y democrático…
Por su parte, la ex reportera del periódico La Jornada, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, hoy investida como titular de Gobernación, la segundó con la afirmación de que días antes de la elección el pueblo se puso a estudiar, revisó todo y emitió su voto a conciencia…
La pregunta que afloró en los desayunaderos políticos, es que si de veras ambas damas están convencidas de lo que dejaron salir de sus bocas, o solo fue una maniobra sin ton ni son para intentar distraer el inapelable fracaso del histórico evento electoral en el que tienen un lugar muy reservado en el libro que reseña la historia sexenal…
Será que en ese su círculo de poder todavía no se asimila que es mucho lo que cargarán en el recuento final de lo que les dejó sobre sus espaldas el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien, téngase por seguro, que si su experimento fracasa antes de lo que se vislumbra, dejará descritos ocultos para que a la postres trasciendan para dejar sembrada la idea, entre el pueblo sabio y mucha pieza, de que fue culpa de ellas y no del autor intelectual…
Como se ve, de esto hay mucho que contar, porque es muy, pero muy interesante lo que viene en México con ese nuevo Poder Judicial…
Mientras tanto, que quede para la reflexión…