*Preocupante el camino que toman las relaciones México-EU

Las alianzas estratégicas con los sectores social y privado, así como el fortalecimiento de los gobiernos de México y Estados Unidos son de vital importancia para lograr una nueva gobernanza global.

No solo tenemos una rica historia compartida con EEUU, también tenemos un destino común.

La importancia de la relación con los Estados Unidos que, a raíz de la pandemia nos confronta con el desafío de abrir nuestras fronteras de manera segura, se debe analizar desde el fortalecimiento de nuestras respectivas economías y trabajar juntos para atraer cadenas de suministro a la región.

Hoy más que nunca prevalece un clima de negocios difícil, caracterizado por la incertidumbre de las decisiones gubernamentales y por políticas públicas que van en contra de la dinámica mundial.

Nos preocupa la política energética del actual gobierno mexicano, uno de cuyos componentes más importantes es la reforma constitucional para convertir a la Comisión Federal de Electricidad en un monopolio estatal, en un entorno que exige simultáneamente competitividad, apertura comercial y libre mercado, así como la transición a una economía verde, intensiva en el uso de energías renovables y con una importante participación del sector privado.

México tiene el gran desafío de hacer del Estado de Derecho parte de nuestra normalidad cotidiana, así como avanzar hacia un sistema de justicia eficaz, imparcial y rápido.

En materia de delincuencia organizada transnacional se requiere inteligencia, colaboración y voluntad política para lograr que la fuerza del Estado prevalezca sobre quienes pretenden socavar las instituciones.

Tenemos un grave problema de pobreza y desigualdad que pone en riesgo nuestra democracia. Lamentablemente, la política social del actual gobierno no ha dado los resultados esperados, y en cambio ha dejado en la pobreza a 4 millones de personas.

Las graves desigualdades, así como la falta de oportunidades laborales y la crisis económica están reactivando los flujos migratorios hacia Estados Unidos, que se suman a las personas que transitan por México en busca de mejores condiciones de vida.

Respecto a la crisis migratoria, consideramos que es grave, tanto en materia de derechos humanos, como de ayuda humanitaria a quienes esperan en los albergues producto de la política de “Quédate en México”, que de hecho nos convierte en un tercer país seguro, aunque día a día la gente que migra está en riesgo de grupos criminales y autoridades corruptas.

Asimismo, nuestra democracia está hoy amenazada por quienes pretenden coartar las libertades, ya que estas libertades como la de expresión, además de que la prensa realiza su trabajo en un entorno de violencia.

Cuando la prensa calla o se limita, se debilita la opinión pública y se retrasa el ejercicio de una libertad fundamental.

En materia de seguridad, México y Estados Unidos deben colaborar estrechamente: las drogas que aquí se producen o que transitan por nuestro territorio, están matando a miles de estadounidenses, y las armas que se fabrican en Estados Unidos se utilizan con fines delictivos en México.

El T-MEC representa una oportunidad privilegiada para aprovechar el potencial de nuestras naciones y dar los pasos necesarios para modernizar nuestra infraestructura fronteriza, promover el comercio digital, luchar contra la corrupción y promover la pequeña y mediana empresa.

En un entorno global, lo que pasa o deja de pasar en México afecta a Estados Unidos y repercute en la dinámica mundial, lo que exige la necesidad de realizar más encuentros con líderes de los Estados Unidos de América.