*Cerramos la puerta a la impunidad en los delitos sexuales

La reforma que aprobamos para eliminar la prescripción de los delitos sexuales contra menores es un paso trascendental para combatir ilícitos como la pornografía infantil o la pederastia, pero, sobre todo, para garantizar justicia y la reparación del daño a las víctimas.

En muchos de los casos de abuso sexual, los infantes también son víctimas de extorsión y amenazas por parte de sus agresores, lo que ha representado para los delincuentes un recurso efectivo para evitar ser denunciados oportunamente.

Generalmente hasta que la persona adquiere una edad adulta y con ello mayor capacidad de comprensión sobre la magnitud del daño que recibió, es cuando deciden expresarlo y denunciar. 

Sin embargo, al amparo de la anterior legislación, se perdía la oportunidad de castigar a los responsables, porque el delito prescribía; es decir, se extinguía la responsabilidad con el paso del tiempo.

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas informó que cada año se cometen al menos 600 mil delitos sexuales; nueve de cada 10 víctimas son mujeres; la mitad de estos ilícitos son cometidos en el hogar de la víctima, 60 por ciento de las veces por familiares o personas conocidas; cuatro de cada 10 víctimas son menores de 15 años.

Con la aprobación de esta reforma al Código Penal Federal se fortalecen los instrumentos jurídicos para perseguir a violadores y abusadores sexuales de menores, mucho más allá de un tiempo fatal, con respeto al debido proceso a que tiene derecho cualquier acusado.