*Urge garantizar que mujeres estudien en entornos libres de violencia

Las redes sociales incrementan las agresiones en contra de niñas, niños y adolescentes, pues en el ámbito escolar se presentan casos en los que se vulneran múltiples derechos humanos, como la violencia en contra de las mujeres, que interfiere en el desarrollo, autonomía y bienestar de las estudiantes.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021, que realizó el INEGI, 32.3 por ciento de las mujeres de 15 años y más, que han asistido a la escuela, experimentó algún tipo de violencia a lo largo de su vida como estudiante. 

El 18.3 por ciento de ellas sufrió violencia física; 17.9 por ciento agresiones de tipo sexual; y 17.5 por ciento psicológica. Además, las victimas señalaron que los agresores fueron: 43.4 por ciento, compañeros; 16.8 por ciento, maestros; y 13.6 por ciento, compañeras. 

Considero que las y los senadores tenemos la tarea de coadyuvar a garantizar la seguridad en las escuelas y centros educativos, para que las mujeres puedan estudiar en un entorno libre de violencia.

Entre las agresiones en contra de las estudiantes están los castigos corporales, abusos sexuales, ciber-acoso, riñas y violencia psicológica, cometidas por compañeras y compañeros, maestros y autoridades educativas. 

Es un tema preocupante, porque las redes sociales posibilitan nuevas formas de violencia. Antes, si las manifestaciones en contra de estudiantes se ejercían en la escuela, paraban al llegar a casa. 

Pero con las herramientas tecnológicas, la violencia digital que es perpetrada desde el ámbito escolar, persigue a niñas, niños y adolescentes.

Es una agresión que las acecha a cualquier lugar al que vayan, aún si cambian de escuela, de ciudad o de país.

Por ello presenté una iniciativa para sancionar la práctica denominada deepfake, que altera las imágenes y rostros de personas haciéndolos pasar por verdaderos, y que se emplea para generar contenido violento, violencia sexual o pornografía. 

La educación se ha convertido en el refugio de la sociedad contra el patriarcado y la ideología machista, ayuda a cambiar paradigmas para asegurar un mejor mañana para las generaciones venideras. Si queremos que niñas, niños y adolescentes tengan un mejor futuro, es necesario asegurar que todos, especialmente las mujeres, estén seguros en los centros de estudio.