*No me vengan con que la ley es la ley

*Frase que parece emular Samuel García

*Histórico senador y gobernador con licencia

Con esa postura de pretender manejar a su antojo la gubernatura de Nuevo León y el congreso de ese mismo estado, el senador con licencia Samuel García Sepúlveda desató interesantes comentarios en desayunaderos y redes sociales, en el sentido de que parece estar hecho políticamente a semejanza y obra del presidente Andrés Manuel López Obrador, por aquello de que “no me vengan con que la ley es la ley”.

Como se sabe, este político de apenas 35 años de edad, fue electo por el pueblo en las elecciones federales del 2018 para ser senador durante seis años, pero dos años después, el 18 de noviembre del 2020, solicitó licencia para participar en las elecciones para gobernador su entidad natal, proceso electoral que también ganó en las urnas.

El argumento que esgrimió para pretender llegar a la gubernatura, fue que “urge modificar el convenio fiscal o salir del mismo para que nos dejen de exprimir y que los recursos del estado se queden en el estado”.

Pero declaró algo más que es lo que precisamente lo asemeja con el lopezobradorismo en auténtica dimensión, dijo: “Estoy convencido que el estado de Nuevo León ha tenido gobiernos corruptos, ineptos e improvisados”.

Con esa bandera salió del Senado antes de cumplir la primera tarea que le asignó el electorado de Nuevo León y por ello ganó el cargo de gobernador, en el que debería permanecer durante seis años.

Y ahora, una vez más, en este noviembre del 2023, Samuel García  abandona el trabajo que le asignó su pueblo en Nuevo León, y así se registró para participar en las elecciones federales por la Presidencia de la República del próximo mes de junio del 2024.

Como se ve, son dos licencias solicitadas a los cargos de máxima representación social otorgados por el pueblo y curiosamente está adoptando la misma actitud de ya saben quien, con eso de regresar a ocupar el cargo de gobernador solo por unos días, firmar documentos oficiales, girar instrucciones a quien pretende imponer en su lugar  mientras él recorre el país en busca del voto, financiado por quien sabe quien, y propinar amenazas a los diputados locales que solo pretenden hacer cumplir la ley estatal.

Así las cosas, ¿alguien puede negar que los malos ejemplos políticos se propagan con peligrosas repercusiones sociales?...

Que quede para la reflexión…

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