*Ideas, pocas, pero efectivas

En una semana… una, el mundo pasó de la continua letanía de las desgracias de una pandemia y sus probables repercusiones para las siguientes generaciones al asombro de la resurrección de la barbarie, el homicidio indiscriminado y la alerta sobre un posible ataque atómico.

El llamado Mundo Libre ha tomado medidas menos primitivas, pero (esperamos) más efectivas, para detener el programa de dominación mediante la invasión militar so pretexto de defender la identidad y autenticidad de costumbres y prácticas rusas en territorio ajeno.

Vladimir Putin ordenó el bombardeo indiscriminado terrestre y aéreo de ciudades, el destacamento de convoyes de tropas, armamentos, víveres, aparatos militares de todo tipo a lo largo de las fronteras con Ucrania, así como la intrusión de tropas en territorios vecinos sin mediar “casus belli”.

A diferencia de iniciar una contraofensiva armada inmediata como en los casos de Irak, Kuwait y Afganistán, como sería la respuesta lógica del siglo XX, en el caso de Ucrania, tanto la Unión Europea, Estados Unidos y otros países impusieron sanciones de varios tipos a Rusia en tres frentes: mediático, cibernético y económico. ¡Ni un disparo!

El agresor se ha quedado sólo, haciendo gala de alevosía, ventaja y una barbarie asesina no vista en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Europa, Estados Unidos y otros países esperan pacientemente a que las sanciones debiliten al agresor, en tanto que un país y su  pueblo son destruidos y masacrados, pero eso sí, aplaudido a nivel mundial por su resistencia y voluntad de independencia.

Mientras tanto en América, en Estados Unidos específicamente el presidente Joe Biden, anunció los cambios que se están gestando en ese país: “Invertir en Estados Unidos. Educar a los estadounidenses. Hacer crecer la fuerza de trabajo. Construir la economía de abajo hacia arriba 

y de la mitad hacia afuera, no de arriba hacia abajo. 

Porque sabemos que cuando crece la clase media, los pobres tienen un escalafón”.*

“Estados Unidos solía tener las mejores carreteras, puentes y aeropuertos de la Tierra. Ahora nuestra infraestructura ocupa el puesto 13 en el mundo.

No podremos competir por los trabajos del siglo XXI si no lo arreglamos.

Por eso fue tan importante aprobar la Ley de Infraestructura Bipartidista, la inversión más radical para reconstruir Estados Unidos en la historia”. *

“Vamos a transformar a Estados Unidos y nos pondrá en el camino para ganar la competencia económica del siglo XXI que enfrentamos con el resto del mundo, particularmente con China. Crearemos buenos empleos para millones de estadounidenses, modernizando carreteras, aeropuertos, puertos y vías fluviales en todo el país Y lo haremos todo para resistir los efectos devastadores de la crisis climática y promover la justicia ambiental*.

Construiremos una red nacional de 500,000 estaciones de carga para vehículos eléctricos, comenzaremos a reemplazar las tuberías de plomo venenosas, para que todos los niños y todos los estadounidenses tengan agua limpia para beber en el hogar y en la escuela, proporcionaremos Internet de alta velocidad asequible para todos los estadounidenses: comunidades urbanas, suburbanas, rurales y tribales”*.

“Compraremos productos estadounidenses para asegurarnos de que todo, desde la cubierta de un portaaviones hasta el acero de las barandillas de las carreteras, se fabrique en Estados Unidos”*.

Nada de lo dicho por el señor Biden tiene mucho de original, pero sí de efectividad, un país que se prepara para reorganizarse, equiparse y prepararse para la economía del siglo XXI y parte del XXII, que está cambiando radicalmente su infraestructura para poder edificar la nueva sociedad de ese país sin considerar el carbón y los combustibles fósiles entre muchas otras transformaciones en la forma de vida de esa sociedad.

Destacó que no se haya mencionado ni por equivocación al TMEC y a México, solo se le mencionó para anunciar que: “Hemos establecido patrullas conjuntas con México y Guatemala para atrapar a más traficantes de personas”. Asunto por cierto del que no se ha dicho nada ni en la Kermesse mañanera ni en la cancillería.

Así pues, mientras aquí esperamos jubilosos la inauguración del controvertido puerto aéreo de San Felipe Ángeles en marzo y la refinería de Dos Bocas y el fantástico tren destructor del ecosistema maya en dos años, nuestros vecinos ya estarán con una nueva infraestructura en pleno avance.

Y como decía el grillito cantor: “Los de adelante corren mucho… y los de atrás…

Y ya por último le recordaré un pensamiento del poeta Paul Valery: “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen, pero que no se masacran”.

* https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/

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