(Del Banco Mundial para Grilla en el Poder) En un reciente documento se señala que los trabajos en los países de ingreso bajo tienen menos probabilidades de verse afectados por la Inteligencia Artificial que en los países de ingreso alto.

La inteligencia artificial (IA) está transformando la fuerza laboral en el mundo, pero es posible que su impacto no afecte por igual a todas las regiones. La conversación sobre la IA y el empleo se centra en gran parte en los países de ingreso alto, donde la tecnología amenaza con reconfigurar sectores enteros. Pero ¿qué significará la IA para los trabajadores de los países en desarrollo, que representan el 80 % de la fuerza laboral a nivel mundial?

Para comprender mejor el impacto de la IA en el mercado de trabajo en el mundo en desarrollo, en un reciente documento analizamos datos de 25 países que abarcan una población de 3500 millones de personas. Llevamos a cabo una evaluación del nivel de exposición a la IA de los trabajadores de esos países, la que refleja en qué medida sus puestos de trabajo podrían realizarse utilizando IA.

Nuestras conclusiones sugieren que los efectos de la IA en el empleo serán más graduales en el sur global, sobre todo en los países de ingreso bajo.

La exposición a la IA es diferente según el nivel de ingresos

Existe una variación considerable en la exposición de los puestos de trabajo a la IA: algunas ocupaciones, como los techadores, se encuentran muy poco expuestas, lo que significa que la probabilidad de que la IA afecte sus tareas es muy baja.

En el otro extremo, ocupaciones como los empleados encargados de la nómina enfrentan una alta exposición, lo que implica que la IA podría cambiar significativamente la forma de trabajar. A nivel mundial, la mayor concentración de trabajadores se encuentra en ocupaciones con niveles medio y bajo de exposición a la IA, como los mecánicos de automóviles.

Distribución de la exposición ocupacional a la IA

Una conclusión clave de nuestro análisis es que la exposición a la IA de los trabajadores en los países de ingreso bajo es significativamente menor que la de los trabajadores en los países de ingreso alto. En tanto, el nivel de exposición de los trabajadores en los países de ingreso mediano se encuentra en un punto intermedio. Esto se debe en parte a que la estructura del mercado laboral es diferente en los países en desarrollo, donde hay más empleos que implican tareas manuales o interacciones interpersonales. Este tipo de trabajos son menos susceptibles a los cambios provocados por la IA. Los datos también revelaron que la falta de acceso a electricidad e internet limita aún más la exposición, especialmente en los países de ingreso bajo.

Exposición ocupacional a la IA por grupo de ingresos, de 15 a 64 años

Fuente: Análisis de los autores.

Nuestra investigación también pone de relieve las diferencias demográficas: las mujeres tienden a estar más expuestas a la IA que los hombres, pero solo en los países de ingreso alto y mediano alto. En las economías en desarrollo, las diferencias relacionadas con la edad en la exposición a la IA son mínimas, al contrario de lo que sucede en las naciones más ricas, donde los trabajadores mayores son los más expuestos a las disrupciones causadas por la IA.

¿Qué es la exposición a la IA?

Para calcular nuestra medida de exposición a la IA, comenzamos a analizar el conjunto de tareas que conforman cada trabajo. A continuación, sobre la base de un estudio anterior, asignamos a cada tarea un nivel de exposición a la IA. Luego, procedimos a sumar para obtener el valor de exposición a la IA de cada trabajo. Por último, elaboramos un mapa de la exposición a la IA según el trabajo para cada trabajador individual en los datos de encuestas de la fuerza laboral de todo el mundo.

Es importante aclarar que la exposición a la IA no significa necesariamente que una tarea —o un trabajo completo— será reemplazado. La exposición puede significar tres cosas:

Automatización: la IA reemplaza por completo ciertas tareas, lo que reduce la necesidad de mano de obra.

Aumento: la IA mejora la productividad humana, lo que permite a los trabajadores realizar sus tareas de manera más eficiente.

Reestructuración del empleo: la IA cambia la combinación de tareas dentro de una ocupación, lo que puede dar lugar a nuevas descripciones de los puestos de trabajo basadas en diferentes habilidades.

En la práctica, es probable que estos tres elementos evolucionen de manera diferente en los diversos sectores y economías. La IA también podría dar lugar a categorías de trabajo completamente nuevas que aún no hemos imaginado. Como se señaló en un reciente estudio de las Academias Nacionales focalizado en Estados Unidos (i): “Este es un momento muy incierto para predecir el futuro del trabajo”.

A pesar de esta incertidumbre, nuestras conclusiones ofrecen una predicción fundamentada: El impacto de la IA en el empleo será más tenue y lento en materializarse en muchos países en desarrollo, especialmente en las regiones donde el acceso constante a la electricidad o a internet sigue siendo limitado.

Repercusiones en materia de políticas: Prepararse para el futuro de la IA en los países en desarrollo

Teniendo en cuenta estas perspectivas, ¿qué medidas pueden adoptar los responsables de formular políticas para garantizar que la IA beneficie a los trabajadores en las economías en desarrollo en lugar de dejarlos de lado?

Ampliar la infraestructura digital y energética. El acceso confiable a la electricidad e internet, especialmente en las zonas rurales, será crucial para facilitar la adopción de la IA donde pueda resultar más beneficioso.

Dar prioridad al aumento de la IA por sobre la automatización. La promoción de las aplicaciones de IA que mejoran la productividad humana en lugar de reemplazar a los trabajadores puede ayudar a proteger los medios de subsistencia y estimular el crecimiento económico inclusivo.

Utilizar la IA en la atención médica y la educación. La IA tiene el potencial de reducir la escasez de capital humano en sectores críticos como la medicina y la educación, haciendo que los conocimientos especializados sean más accesibles.

Si bien la IA está transformando la economía mundial, su impacto no será uniforme. En muchos países en desarrollo, la disrupción se producirá a un ritmo más lento, lo que ofrece una oportunidad única para que los Gobiernos y las empresas definan el papel de la IA en la fuerza laboral. Con políticas proactivas, estos países pueden aprovechar la IA para empoderar a los trabajadores en lugar de sustituirlos.

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