Por Paula Bertolini

De acuerdo con el estudio Sociedad Digital en España 2019, elaborado por Fundación Telefónica, en el país “no hay brecha de disponibilidad, sino brecha de adopción de la tecnología digital, lo que implica que se deben hacer esfuerzos en la formación y en el fomento de la demanda”.

El estudio destaca que el acceso a Internet de los ciudadanos españoles ya es general: 9 de cada 10 son ya usuarios del servicio. Además, la brecha de género en el ciberespacio se ha eliminado por completo y la brecha de edad, aunque sigue existiendo, se ha reducido notablemente.

“Nuestra conexión a las redes es mayormente ultrarrápida: tres de cada cuatro hogares tienen cobertura de fibra óptica. Esta tecnología de banda ancha es la que más está creciendo, puesto que en dos años ha pasado del 63 al 77 por ciento”, detalla el informe.

Si se tiene en cuenta la cobertura por velocidad, y con independencia de las tecnologías, el 85 por ciento de los hogares tiene acceso a conexiones de 30 Mbps o más. Esta penetración sitúa a España en primer lugar en cuanto a cobertura y clientes de fibra en Europa.

Un requisito fundamental para aprovechar todo el potencial que los servicios y productos digitales tienen para facilitar la vida es contar con una adecuada capacitación digital. Sin embargo, a tenor de los indicadores más relevantes en esta materia, todavía falta camino por recorrer en España para lograr un nivel óptimo, según el informe de Fundación Telefónica.

En concreto, en la dimensión de capital humano que refleja el indicador DESI, España baja hasta la posición 17 del ranking, 3.5 puntos menos que la media europea. “Es un hecho que en nuestro país poco más de la mitad de las personas entre 16 y 74 años poseen capacidades digitales básicas”, detalla.

La falta de habilidades digitales es una de las principales causas que limitan el uso de diferentes servicios digitales. El 14.5 por ciento de la población no compra en Internet por falta de habilidades o conocimientos (tercera causa más alegada para no comprar).

Otro claro ejemplo del efecto negativo de la falta de habilidades digitales se encuentra en el uso de la Administración electrónica: la falta de habilidades o conocimientos es la segunda razón más declarada por la que los usuarios no enviaron formularios cumplimentados a las Administraciones Públicas a través de Internet (el 33.1% de las personas que declararon no enviarlos alegaron esta razón).

“En una sociedad en la que la digitalización de todas las actividades cotidianas crece de forma imparable, la falta de capacitación digital puede llegar a convertirse en un factor de exclusión social”, afirma el estudio.

El informe además cuenta con indicadores que ponen en relieve el estado de desarrollo de las infraestructuras y de los servicios de telecomunicaciones, y agrega un análisis sobre cómo la ola de innovación está remodelando el tejido socioeconómico nacional.

En la versión 2019, se tratan temas como los desafíos y oportunidades que plantea la Inteligencia Artificial, la tecnología Blockchain como garante de las relaciones entre distintas partes dentro de un mundo virtual, las ventajas en términos de productividad que consiguen las nuevas fábricas inteligentes de la industria 4.0, o sobre cómo cada vez más aspectos de nuestras vidas transcurren en la esfera del ciberespacio.