(Del Banco Mundial para Grilla en el Poder).- CIUDAD DE WASHINGTON, 25 de abril de 2024. Los precios mundiales de los productos básicos se están estabilizando tras la abrupta caída que fue decisiva para que se redujera la inflación general el año pasado, por lo que los bancos centrales podrían tener dificultades para bajar rápidamente las tasas de interés, según se afirma la última edición de Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial.

En este informe también se señala que un estallido importante del conflicto en Oriente Medio podría poner freno a la disminución inflacionaria que se ha registrado en los últimos dos años.

Entre mediados de 2022 y mediados de 2023, los precios mundiales de los productos básicos se desplomaron casi un 40 %. Esto contribuyó a impulsar en gran parte la reducción de la inflación mundial entre 2022 y 2023, de cerca de 2 puntos porcentuales.

Sin embargo, desde mediados de 2023, el índice de precios de los productos básicos del Banco Mundial se ha mantenido prácticamente sin cambios.

Si no se produce un nuevo recrudecimiento de las tensiones geopolíticas, el Banco prevé una caída del 3 % en los precios mundiales de los productos básicos en 2024 y del 4 % en 2025.

Ese ritmo no bastará para controlar la inflación, que en la mayoría de los países se ubica por encima de las metas de los bancos centrales. Por este motivo, los precios de los productos básicos permanecerán alrededor de un 38 % más altos que su valor promedio en los cinco años anteriores a la pandemia de COVID‑19.

“La inflación mundial no ha sido derrotada”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial. “Una fuerza clave para bajarla (la caída de los precios de los productos básicos) se ha topado con un muro. Eso significa que las tasas de interés podrían seguir siendo más altas de lo esperado durante este año y el próximo.

El mundo se encuentra en un momento vulnerable: una crisis energética grave podría socavar gran parte de los avances logrados en la reducción de la inflación en los últimos dos años”.

Las fuertes tensiones geopolíticas de los últimos dos años han apuntalado el precio del petróleo y de muchos otros productos básicos esenciales, aun cuando el crecimiento mundial se ha desacelerado. El precio del petróleo crudo Brent, por ejemplo, subió a USD 91 por barril a principios de este mes, casi USD 34 por barril por encima del promedio de 2015-19.

Las previsiones del Banco indican que los precios del Brent alcanzarán un promedio de USD 84 por barril en 2024 antes de descender a un promedio de USD 79 en 2025, siempre que no surjan interrupciones en el suministro relacionadas con los conflictos.

Sin embargo, si el conflicto en Oriente Medio se intensificara aún más, las disrupciones en el suministro de petróleo podrían hacer aumentar la inflación mundial.

Una alteración moderada del suministro provocada por el conflicto podría elevar el precio promedio del Brent este año a USD 92 por barril. Con una alteración más grave, los precios del petróleo podrían superar los USD 100 por barril, lo que elevaría la inflación mundial en 2024 en casi 1 punto porcentual.

“Está surgiendo una divergencia sorprendente entre el crecimiento mundial y los precios de los productos básicos: a pesar de que el crecimiento mundial se muestra relativamente más débil, es muy probable que los precios de los productos básicos se mantengan en 2024-25 más altos que en los cinco años previos a la pandemia de COVID‑19”, dijo Ayhan Kose, economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Grupo Banco Mundial.

“Un factor clave que explica esta divergencia es el aumento de las tensiones geopolíticas que mantienen la presión al alza sobre los precios de los principales productos básicos y avivan los riesgos de que se registren movimientos bruscos en dichos precios.

Los bancos centrales deben permanecer atentos a las consecuencias inflacionarias de los aumentos de los precios de los productos básicos en medio de marcadas tensiones geopolíticas”.

Se espera que el precio promedio del oro, una opción popular entre los inversores que buscan un “refugio seguro”, alcance un valor récord en 2024 para luego moderarse ligeramente en 2025. El oro ocupa una categoría especial entre los activos, ya que a menudo sube de precio durante períodos de incertidumbre geopolítica y normativa, como los conflictos.

Se prevé que una sólida demanda de varios bancos centrales de países en desarrollo, junto con la intensificación de los desafíos geopolíticos, impulsarán los precios del oro durante todo 2024.

Una escalada del conflicto en Oriente Medio también podría hacer subir los precios del gas natural, los fertilizantes y los alimentos, según se señala en el informe. La región desempeña un papel clave en el suministro de gas: el 20 % del comercio mundial de gas natural licuado (GNL) transita por el Estrecho de Ormuz.

Si se interrumpiera la provisión de GNL, los precios de los fertilizantes también aumentarían de manera considerable, lo que probablemente elevaría los precios de los alimentos. Sin embargo, el pronóstico de referencia del Banco es que los precios generales de los alimentos disminuirán un poco, un 6 % en 2024 y un 4 % en 2025. Se prevé que los precios de los fertilizantes caigan un 22 % en 2024 y un 6 % en 2025.

La aceleración de las inversiones en tecnologías verdes ha impulsado los precios de los metales que son clave para la transición mundial hacia la energía limpia.

Este mes los precios del cobre (necesario para la infraestructura de las redes eléctricas y los vehículos eléctricos) subieron a su valor máximo en dos años.

Se espera que aumenten un 5 % en 2024 y se estabilicen en 2025. Los precios del aluminio, por su parte, aumentarán según las previsiones un 2 % en 2024 y un 4 % en 2025, impulsados en particular por la producción de vehículos eléctricos, paneles solares y otros elementos de la infraestructura de energía renovable.

El informe también contiene una sección especial en la que se evalúan los resultados de cinco enfoques bien conocidos utilizados para pronosticar los precios de tres productos básicos clave: petróleo crudo, cobre y aluminio.

Se concluye que todos ellos adolecen de ciertas deficiencias, pero que ofrecen también importantes ventajas. En consecuencia, se sugiere en el análisis que los pronósticos son más precisos cuando reflejan una variedad de enfoques analíticos... y una buena dosis de criterio.

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